Cambio climático: la agroindustria criticó medidas contradictorias con el objetivo de reducir emisiones y pidió que el Gobierno no se suba a la ola contra la carne

El Consejo Agroindustrial Argentino, conformado por 64 entidades y coordinado por el presidente de la Bolsa de Cereales, José Martins, cerró filas en las últimas horas con el Gobierno nacional de cara a las cruciales negociaciones en la cumbre de Cambio Climático, a realizarse en la ciudad escocesa de Glasgow, donde los países deberían definir nuevas metas para reducir sus emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero). Pero a la par, reclamó que la gestión de Alberto Fernández revise una serie de políticas locales que son antagónicas con dicho objetivo.

En un extenso documento, la comunidad agroalimentaria reiteró un concepto ya vertido en otro manifiesto firmado junto a las entidades de la Mesa de Enlace, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) y también el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, quien se sumó a la comitiva oficial que viajó a la Cumbre de Glasgow, donde los participantes proponen alcanzar los objetivos plasmados en el Acuerdo de París, los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y la Agenda 2030 en materia medioambiental. Ese concepto dice que el sector agropecuario es “parte de la solución” y no el causante del calentamiento global.

En ese sentido, el CAA reclamó coordinación entre los distintos estamentos públicos y ofreció su apoyo para el diseño de políticas que permitan al país cumplir con sus propias metas de reducción de GEI. “Se pueden impulsar la creación de miles de puestos de trabajos en la transformación que requieren los sistemas productivos y cadenas de valor para reducir la huella de carbono en la transición hacia el logro de la carbono-neutralidad”, enfatizó el bloque agroindustrial.

Al respecto, las cadenas del agro no dejaron de remarcar varios aspectos de la política pública que serían antagónicos con los objetivos buscados. Una de las “carencias” de la estrategia nacional de largo plazo, señalaron, fue la modificación de la Ley de biocombustibles 27.640, que redujo los cortes de uso de biocombustibles en reemplazo de los hidrocarburos. Esa decisión, dijo el CAA “fue contraria a los compromisos asumidos por Argentina” para reducir emisiones.

En igual sentido, el Consejo también criticó el reciente proyecto de Movilidad Sustentable presentado por el Gobierno, y que solamente permitiría los autos a motor eléctrico para 2040. Esa decisión oficial, a juicio de los dirigentes agroindustriales, “profundiza la contradicción y demuestra directamente una exclusión de los biocombustibles en la estrategia del país, siendo que los mismos no solo sustituyen combustibles fósiles, sino, además, colaboran manteniendo retenido en el suelo –de forma segura– el carbono emitido por los mismos”.

No solo la producción de biocombustibles, a juicio del CAA, sino también la de biogás o la generación de energía eléctrica y térmica a partir de residuos, efluentes, chips y pellets de biomasa deberían ser más estimuladas en un programa nacional, pues se trata de “formas de valorizar los subproductos de actividades del agro y bosques, a través de su aporte de soluciones de carbono neutro sustituyendo el uso de energías fósiles”. “Además de mitigar el impacto ambiental de la disposición de efluentes y residuos, su uso permite el aprovechamiento energético, la obtención de biofertilizantes y de múltiples bioproductos”, definió el documento.

Otros aspectos

El bloque agropecuario marcó como otra gran debilidad de la política argentina la falta de financiamiento al sector forestal, para encarar nuevas plantaciones y proteger a los bosques nativos como reservorio de carbono. Tanto la ley 25.080, de promoción de plantaciones forestales, como la llamada Ley de Bosques (26.331), “se encuentran desfinanciadas, contradiciendo lo enunciado”, indicó el Consejo.

Finalmente, el CAA recomendó a las autoridades que no se suban a la ola global que responsabiliza a la ganadería bovina, actividad crucial de la economía local, como responsable principal de las emisiones de GEI. El bloque agroalimentario reclamó “evitar la demonización de la actividad”, pues el metano que genera la ganadería no es equivalente al dióxido de carbono que emiten los combustibles fósiles.

Además, recordaron que el sistema de producción local de carnes “no es similar” a los de otros países, pues aquí los bovinos pasan gran parte de su vida en pasturas que a la vez capturan carbono. “Debemos seguir trabajando en las mediciones del balance de carbono de los sistemas de producción ganadera de Argentina que muestren su real impacto en el cambio climático”, reclamó el Consejo.

En el aspecto relacionado a la ganadería, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) apoyó y celebró la declaración “Argentina, líder mundial en producción agroindustrial sostenible”, realizada por el Ministerio de Agricultura en conjunto con entidades sectoriales, remarcando la importancia de que la sustentabilidad de los sistemas de producción de alimentos es una demanda creciente de los mercados y de los consumidores, y el compromiso y la responsabilidad que deben mostrar todos los sectores productivos respecto del cuidado del planeta y su preservación para las futuras generaciones.

Por último, los integrantes del Ipcva enfatizaron que muchos de los aspectos que contempla el documento promovido por el sector público y privado, forman parte del informe “Carne Argentina, Carne Sustentable” presentado por la Red de Seguridad Alimentaria del Conicet, y que establece “el alto nivel de sustentabilidad de la producción de la carne vacuna argentina, una de las cadenas más virtuosas de la economía nacional, una de las más arraigadas en todo el país y una de las más prestigiosas en todo el mundo”.

Fuente: Infobae campo.