Camiones que salen y camiones que entran a los campos. Los primeros llevan los granos hasta el acopio cercano, puertos o industrias. Los segundos traen semillas y agroquímicos para la próxima campaña agrícola. Este vaivén se observa en muchas empresas que obtienen buenos rindes de soja, girasol y maíz, y gracias a los altos precios actuales, los canjean por lo que se necesita para desarrollar las siembras 2021/22. Así, estas operaciones contribuyen al resguardo de valor de la cosecha y aseguran la disponibilidad de los insumos estratégicos en un año en el que las circunstancias macroeconómicas proyectan dudas sobre la provisión de los atados a la importación.
Actualmente, con los granos disponibles, las mejores relaciones insumo/producto se obtienen con los agroquímicos. Por ejemplo, se necesita 21% menos de soja que el promedio de los últimos tres años para comprar 100 litros de glifosato. Algo similar pasa con el maíz y la atrazina: se requiere 37% menos de cereal para adquirir 100 litros del herbicida.
También resulta favorable la entrega de grano para aprovisionarse de combustible. Se necesita 25% menos de soja para comprar 100 litros de gasoil y 38% menos de maíz con el mismo objetivo. Esta situación favorable se extiende, obviamente, a las labores, cuyo precio muchas veces se establece en litros de gasoil.
Por otro lado, en las últimas semanas mejoró la relación entre el maíz y la urea, que se había deteriorado por el fuerte incremento del fertilizante en los primeros meses del año. En la actualidad, la suba del precio de los granos y la leve retracción del precio de la urea determinan que se necesite 21% menos de cereal para adquirir una tonelada de ese fertilizante. También vuelve a haber relación positiva entre el maíz y el fertilizante fosfatado.
Los elevados precios del girasol generan relaciones positivas con los fertilizantes nitrogenados y fosforados, herbicidas, gasoil y ternero.
Si se levanta la vista del grano disponible y se dirige a la campaña 2021/22, se observa que los altos precios del trigo que se ofrecen para fines de 2021- principios de 2022 determinan que se puedan arbitrar buenos canjes con el glifosato y el gasoil que se utilizan a lo largo del año para producirlo. Sucede que la posición cosecha 2022 del cereal tuvo un interesante repunte en las últimas semanas.
Si bien las relaciones de canje continúan negativas contra fertilizantes, se advierte una interesante recomposición respecto de la situación dos meses atrás. Comparativamente, los canjes con trigo a cosecha presentan mejores relaciones que contra el producto disponible. El efecto favorable se puede potenciar si se consigue financiación a tasas negativas respecto de la inflación.
Por otro lado, el fuerte recorrido alcista de las posiciones de cosecha 2022 de soja y maíz invitan a tomar las primeras decisiones comerciales. Así, las empresas más activas ya comenzaron a formar los precios de la próxima campaña. Su propósito es promediar con el mejor arranque de campaña de los últimos 15 años y apalancar el negocio agrícola mediante el aprovechamiento de buenas relaciones insumo/producto en forma temprana.
El autor es analista de mercados de AZ-Group