En febrero de este año el equipo económico del gobierno de Jair Bolsonaro implementó una devaluación de la moneda brasileña con el propósito de compensar la pérdida de ingresos registrada por los sectores exportadores ante la fase de desaceleración económica global.
La medida –no casualmente– se tomó en pleno inicio de la cosecha de soja para mejorar los ingresos de las empresas agrícolas y promover la actividad económica de muchas regiones productivas.
Gracias a esa decisión de política económica, a pesar del planchazo que registró el precio internacional de la soja, el valor del poroto en el mercado interno brasileño se incrementó en términos reales casi un 15% en los últimos dos meses.
Eso fue posible porque la devaluación, gracias a una adecuada política monetaria, no se trasladó a los precios internos. Brasil hace más de dos décadas que tiene una inflación anual de un dígito (actualmente se encuentra en apenas 3,3%).
La consultora brasileña Safras & Mercado ajustó al alza la estimación de exportaciones de poroto de soja de Brasil a 73 millones de toneladas en 2020 versus una proyección inicial de 70 millones.
“El incremento de la estimación se hace en función de la demanda china de poroto, la cual fue superior a la norma en lo que va del presente año. Si bien se espera una demanda firme, los volúmenes registrados hasta el pasado mes de abril superaron las expectativas”, señaló un informe de Safras & Mercado.
En la Argentina, el valor de referencia de la soja Rosario disponible para exportación terminó esta semana en 14.180 $/tonelada versus un valor de 13.833 $/tonelada registrado a comienzos de marzo. En términos reales, considerando una inflación anual del 48,4%, el precio de la soja Rosario descendió un 5% en los últimos dos meses.
Fuente: Valor soja.