La sequía vuelve a ser protagonista de la campaña agrícola con efectos muy negativos para el cultivo de soja. Estimaciones privadas prevén una caída importante en la producción y proyectan que será la tercera cosecha más baja de las últimas 10 campañas sojeras.
De concretarse estas proyecciones, la actual cosecha de soja sería la tercera más baja en los últimos 10 años, detrás de los ciclos 2017/18, con 35 millones de toneladas, y 2011/12, con casi 40 millones de toneladas.
Pero desde las instituciones no descartan que las estimaciones de la cosecha del cultivo sigan cayendo a medida que transcurra la cosecha en los próximos días, pese a las lluvias que se están desarrollando en la zona central del país entre ayer y hoy, donde se esperan acumulados de 40 a 60 milímetros. Los técnicos coinciden que para la soja de primera, que está a punto de cosecharse, llegaron tarde, mientras que para la oleaginosa sembrada después de un cultivo invernal puede llegar a ayudar a mejorar el desarrollo del cultivo.
Luego de un 2020 que había predominado el fenómeno de “La Niña”, afectando al cultivo de trigo con menor producción, durante el comienzo del año las esperanzas se habían renovado. Lluvias inusuales a mediados de enero y principios de febrero habían cambiado el panorama de la soja y del maíz, hasta hicieron crecer hace un mes atrás las proyecciones de trilla.
Sin embargo, a partir de mitad de febrero se cortaron las precipitaciones y junto a varios días con altas temperaturas, fueron un combo letal para los cultivos. La soja de primera se «arrebató» mientras que aumentó a más de 1 millón de hectáreas los lotes de soja de segunda en condición de «regular a mala».
En este marco, considerando los precios FOB actuales y manteniendo las participaciones de exportaciones de 2020 de los diferentes productos del complejo sojero, desde la Bolsa rosarina estiman una baja potencial de exportaciones por 2.262 millones de dólares por la pérdida de las 4 millones de toneladas.
El crushing de soja perdería 1,5 millones de toneladas respecto de lo proyectado el mes anterior, a 37,5 millones de toneladas, en tanto que la exportación de poroto cedería un volumen similar hasta 5,5 millones de toneladas. “El restante millón de toneladas se perdería en las reservas productivas, por lo que el nivel de inventarios al final del ciclo caería en medio millón de toneladas con respecto a la campaña actual”, dijo la entidad rosarina.
De todas maneras, las divisas que ingresarían por el complejo sojero siguen superando ampliamente a las del año pasado En total, entre poroto, harina y aceite, la Argentina exportaría por un valor de 17.256 millones de dólares, un 45% más que en 2020.
“Por los últimos ajustes en la producción, ya no estaríamos en máximos históricos ubicándonos por debajo del 2015”, agregaron desde la entidad.
Esto se da principalmente por la suba de los valores en el mercado internacional. El precio de la soja cerró en el mercado de Chicago a 521 dólares la tonelada, lo que representa un 73% de aumento versus los 301 dólares de hace un año. Mientras que en el mercado local, la suba fue menor, llegando a 53%, de 215 dólares a 330 dólares.
La cosecha de maíz tampoco se escapa a la falta de agua y desde la Bolsa de Cereales porteña ya descontaron un millón de toneladas y se calcula un total de 45 millones de toneladas, 6,5 millones de toneladas menos que la campaña previa.
Por Esteban Fuentes.
Fuente: Clarín Rural.