Brasil decidió abrir una nueva cuota para que entren en su mercado 750.000 toneladas de trigo extraMercosur sin aranceles. La medida del vecino país generó que los exportadores argentinos le manden una carta a Cancillería y el Ministerio de Agricultura de la Nación para que transmitan su rechazo al gobierno brasileño por esta decisión. En la industria sostienen que eso implica perder ingresos por unos US$250 millones.
En la actualidad, el trigo que se importa por fuera del Mercosur debe pagar el Arancel Externo Común (AEC) del 10,5%. Se trata de una protección que ayuda al trigo argentino para estar en ese mercado. En 2019, la Argentina colocó en ese país el 45% del cereal que exportó al mundo. Como el país ganó posicionamiento en otros mercados, como el sudeste asiático, bajó su exposición en Brasil, que estaba en el 86% del total exportado en 2015.
El año pasado, Brasil abrió una cuota de 750.000 toneladas libre de aranceles y después la amplió en 450.000 toneladas. En general es una cuota a la cual el vecino país ya apeló en otros momentos (aunque no necesariamente todos los años) y ahora, ante su vencimiento luego de aplicarla el año pasado, el presidente Jair Bolsonaro vuelve a recurrir a ella como una política.
Anteayer, la Secretaría de Comercio Exterior del Ministerio de Economía del vecino país volvió a abrir una nueva cuota de 750.000 toneladas para 2020/2021. Según el tipo de empresa, se usará en dos tramos, uno de 600.000 toneladas y otro de 150.000 toneladas. Los solicitantes podrán ir pidiendo de a cupos de 35.000 toneladas.
El año pasado, tras la cuota los exportadores argentinos protestaron por la medida, hubo reuniones, pero igual el vecino país siguió adelante con la cuota.
Tras conocerse el nuevo cupo, los exportadores agrupados en la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) les enviaron una carta a Cancillería y el Ministerio de Agricultura de la Nación donde señalan que lo resuelto por Brasil no respeta acuerdos de integración regional. También alertan que puede generar perjuicios para el trigo argentino.
«Esto es para el trigo de todos los orígenes, como Rusia, Estados Unidos, Francia. Es muy negativo porque condiciona los precios en el mercado argentino», dijo a LA NACION Gustavo Idígoras, presidente de Ciara CEC.
Según Idígoras, además de un eventual condicionamiento en precios podría registrarse lo mismo pero en volumen. «Son 750.000 toneladas menos» para exportar, afirmó.
«Esto no se justifica porque Brasil tiene posibilidades de estar abastecido, la Argentina ya está cargando (barcos para exportar) a un precio muy competitivo y no tiene sentido abrirla en este momento», indicó.
Según un reporte de Zeni, en lo que va de 2020 las exportaciones de trigo argentino que ingresaron a territorio brasileño suman 4,27 millones de toneladas. «Representan el 77% de las compras que efectuó Brasil en igual período. El monto es ligeramente inferior a las 4,53 millones de toneladas comercializadas el año pasado entre ambas naciones, cuando la Argentina tuvo una participación del 84% en las importaciones totales del país vecino», apuntó Eugenio Irazuegui, de la firma.
En tanto, ante una consulta, en la industria molinera argentina -que exporta la harina al vecino país- tienen la percepción de que la medida «no va a afectar demasiado». Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), argumentó que, «si bien Brasil es importante, la Argentina tiene mucho posicionamiento en otros países», en referencia al sudeste asiático. «No va a complicar las exportaciones», opinó.
Para Leandro Pierbattisti, consultor internacional, lo de Brasil más que un nuevo cupo es la oficialización de una cuota que se distribuía de «forma puntual y supuestamente justificada». Opinó que «vino para quedarse».
«No se trata necesariamente de una cuestión de volumen, ya que estamos hablando en torno del 10% del volumen que va a importar Brasil este ano. Se trata más bien de un techo de precios que se le puede poner al trigo argentino en el segundo semestre, de eso no tengo ninguna duda», explicó Pierbattisti.
Precios Máximos y un pedido
Los ojos de los molineros están centrados sobre el mercado interno y, más concretamente, en los Precios Máximos para la harina, cuyos aumentos permitidos por el Gobierno no siguió lo que pasó con el cereal
«Arrancamos con Precios Máximos con $13.000 de trigo (la tonelada) y llegó a $20.000 a principios de noviembre (subió 50%). La harina solo tuvo dos aumentos, de 4 y 5%», dijo Cifarelli, que señaló que «hoy no hay mercado a menos de $18.500» para el trigo.
«Fue un gran distanciamiento entre los precios del trigo y de la harina y, a pesar de eso, no faltó ni un solo kilo de harina en todas las góndolas; los empresarios hicieron un esfuerzo», añadió el presidente de FAIM.
Sobre Precios Máximos remarcó: «Esperamos que haya una revisión porque es muy difícil la continuidad, las empresas no pueden ser la llave de ajuste».
Fuente: La Nación Campo