Roberto Palomo, cuarta generación de inmigrantes españoles, nos recibe en su campo ubicado en La Ramada de Abajo. Ni el sol intenso ni los problemas mecánicos de su tractor iban a detener el trabajo planificado para ese día. Sucede que el campo es así, siempre se presentan imprevistos pero los productores tienen eso, quizás heredado de sus antepasados, de no rendirse, de no bajar los brazos. La perseverancia es la cualidad distintiva de estos hombres de campo. Productores genuinos, que saben dar vuelta la página oscura y empezar un nuevo capítulo.
«Producir en el NOA es como subirte a una montaña rusa», describe Palomo y agrega «al comienzo te genera mucha adrenalina, la que te lleva a invertir, arrendar las hectáreas que vas a sembrar, comprar insumos, reparar la maquinaria agrícola, comprar la semilla, etc, etc, para arrancar con una nueva campaña. Mientras tanto, prendes velas a todos los santos para que llueva para así poder sembrar. Hay años en los que pudimos sembrar a tiempo y muchos otros en los que no y nos vimos obligados a cambiar de cultivo, suena simple sin embargo no lo es, la principal limitante es conseguir la semilla en muy pocos días. Ésta campaña por ejemplo es muy particular: seca al comienzo y con lluvias dispersas después, y para rematar un diluvio que plancho la siembra de soja en varias localidades y obligó a los productores a resembrar, lo que significa reinvertir, un gasto más en semilla y labores. A esto tenemos que sumarle otros problemas como las malezas o las plagas cada vez más difíciles de controlar. Todo esto forma parte del baile al que los productores estamos acostumbrados bailar pero la falta de reglas claras por parte del gobierno o la toma de decisiones sin consenso con el sector son como las vueltas a toda velocidad de la montaña rusa. Porque ya estas en carrera y no podes hacer nada, solo decir que sea lo que Dios quiera y seguir».
Mientras compartíamos unos mates y admirábamos el hermoso paisaje de lomadas, Roberto se refirió al espíritu de APRONOR, una asociación que surgió el 10 de noviembre de 2015 luego de que productores autoconvocados permanecieran 25 días con tractores en Plaza Independencia, frente a Casa de Gobierno de Tucumán, como medida de protesta por las políticas agropecuarias llevadas a cabo por el entonces gobierno nacional de Cristina Fernández de Kirchner. “Hoy estamos con en el 2015 con mucha incertidumbre y temor pero estamos unidos y estamos gestionando desde Apronor, junto a los productores de la región y trabajando en conjunto con otras instituciones, para demostrar que producir en el NOA no es igual que en la zona núcleo de Argentina y que con este nivel de retenciones no podemos seguir», finalizó.