Otra vez la falta de precipitaciones podría alterar la campaña gruesa 2021/22 en Argentina. Los pronósticos climáticos prevén que volvería el fenómeno de “La Niña”, durante el verano y se encienden las alarmas de los productores. También del Gobierno dado el impacto que podría tener la sequía en el ingreso de divisas.
En este sentido, Alfredo Elorriaga, consultor de la Guía Estratégica par el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario agregó: “Los organismos internacionales cambiaron la proyección y muestran una probabilidad de evolución a “Niña” del 68%”.
La primera estimación de la misma Bolsa rosarina remarcó que habrá un retroceso en la siembra de soja del 3% (16,5 millones de hectáreas) por las perspectivas climáticas pero principalmente por la presión impositiva que sufre la oleaginosa. Mientras que crecería la de maíz un 6% y llegaría a las 6,8 millones de hectáreas, apuntando a implantaciones tardías (diciembre) para esquivar la posible falta de lluvias entre diciembre y enero.
En este sentido, la falta de lluvias ya está complicando a la campaña triguera, principal cultivo de invierno. Continuando con el informe de la entidad rosarina, las lluvias de la primera mitad del invierno de este año están muy por debajo de los acumulados medios históricos de los últimos treinta años, tal como pasaba en el 2020. «Las últimas lluvias se focalizaron en el centro este bonaerense y sirvieron también para recomponer las reservas del noroeste bonaerense pero no alcanzaron la franja oeste, y al núcleo triguero del sureste dónde se aumenta la escasez de agua», dijo el trabajo.
El otro problema está en el norte del país, tanto en el norte de Córdoba, Chaco, Santiago del Estero y Tucumán que muestran una fuerte desecación que pone en condiciones regulares a 300.000 hectáreas trigueras, apuntó el trabajo.
Pero más atemoriza a los chacareros los pronósticos para lo que viene por delante: 10 días más sin lluvias a la vista que empeoraría las condiciones del trigo.
“La Niña” trae recuerdos muy malos para los productores. Durante la campaña pasada, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la cosecha de soja fue de 44 millones de toneladas y la de maíz, 45 millones de toneladas, 2,5 y 2 millones de toneladas menos, respectivamente, en relación a lo que se preveía al inicio de campaña.
Pero la que más recuerdan los chacareros fue la de la campaña 2017/18 con pérdidas muy importantes. En aquel ciclo la producción de de soja redujeron la proyección de producción de soja disminuyó más del 30%, de las 54 millones de toneladas que estimaban la inicio de la campaña a las 36 millones de toneladas que finalmente se recolectaron. En maíz sucedió lo mismo sufriendo una caída muy importante. Bajó de las 41 millones de toneladas estipuladas a 32 millones, un descenso de más del 20%.
Por lo que según cálculos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, también esta menor producción cayeron en 5.374 millones de dólares las exportaciones de ambos granos y subproductos y se perdió 0,86% del PBI argentino.
Fuente: Clarín Rural.