Coherencia, por favor

COMUNICADO DE PRENSA

La epidemia de COVID-19 fue declarada por la OMS una emergencia de salud pública de
preocupación internacional, el 30 de enero de 2020. La misma organización, cuarenta días
después, declara la pandemia. Esta terrible enfermedad llevó a que muchos países
extremen las medidas de bioseguridad para evitar la expansión de la enfermedad y
disminuir al máximo el número de víctimas. Argentina entre otras medidas anuncio la
cuarentena, se cerraron provincias ciudades, pueblos, la gran mayoría de habitantes que no
cumplían actividades esenciales tuvo que permanecer encerrada en sus domicilios por días,
semanas y meses… En algún momento la dirigencia política que gobierna e incluso la
oposición empezaron a perder contacto con la realidad que se estaba y que se está viviendo
y empezaron a ocurrir numerosas violaciones a los derechos constitucionales de los
ciudadanos. Aparecieron las fronteras internas, permisos para pasar de una provincia a otra,
para circular por las ciudades, para trabajar y una lista interminable de trabas a nuestros
derechos y los consiguientes permisos para atenuar en parte esas prohibiciones.

Por estas horas es furor en las redes sociales y medios de comunicación el tristísimo
episodio que vivió Abigail, la pequeña que no dejaban reingresar a Santiago del Estero, a su
propia provincia, luego de recibir un tratamiento contra cáncer óseo en Tucumán. Creemos
que se tocó fondo en cuanto a autoritarismos, inoperancia, negligencia, falta de amor por
el prójimo. Este caso probablemente represente el máximo de los atropellos y violaciones
a los derechos de un ser humano, en cuanto a la bendita cuarentena se refiere. Sin embargo,
casos como el de Abigail suceden todos los días en los controles santiagueños desde que
comenzó la cuarentena.

Desde Apronor hemos realizado muchas acciones con funcionarios de Tucumán, Santiago,
Salta y Catamarca para tratar de morigerar estas medidas y de que nuestros socios puedan
circular para poder producir porque a pesar de ser esenciales las trabas fueron igual para
todos. Tenemos que reconocer que es angustiante la cantidad y calidad de gestión para los
magros resultados obtenidos. También recurrimos a la Justicia Federal para que intervenga
y garantice la circulación, hasta ahora sin respuestas, el pedido de amparo está durmiendo
el sueño de los justos.

Abigail no tendría que haber tenido ninguna inconveniente para ingresar ni haber esperado
ni 1 minuto. Es un poco de sentido común, de empatía. La miseria humana nos hace
cometer estos atropellos. También es absurdo que para salir de vacaciones no pidan ni un
hisopado y a quienes producimos los alimentos y generamos ingresos a éste país y somos
considerados «esenciales», para llegar al campo tuvimos y tenemos miles de trabas.