Comenzaron a diseñar un sistema de indicadores ambientales para agricultura, ganadería y lechería

Así como existen indicadores que permiten medir la situación y evolución económica y financiera de una empresa agropecuaria, ¿por qué no es posible contar con variables estandarizadas que posibiliten evaluar la gestión ambiental?

Ese es precisamente el precisamente el desafío que tienen por delante los técnicos del área de Ambiente de CREA, quienes están desarrollando una serie de indicadores –para las diferentes actividades productivas– que permitan realizar un seguimiento y comparación de gestiones ambientales en el ámbito agropecuario.

“La Gestión Ambiental CREA (GAC) serán un conjunto de pautas y herramientas que permitirán la incorporación de la dimensión ambiental en la toma de decisiones de las empresas CREA”, explica Ariel Angeli, coordinador del área de Ambiente CREA.  “Estarán enfocadas a la gestión sostenible de los recursos naturales, el cumplimiento de la legislación y el cuidado de las personas”, añade.

La base de la Gestión Ambiental CREA es el “mapa legal”, el cual constituye una plataforma de consulta que integra la legislación nacional, provincial y municipal vigente sobre aplicaciones, envases de fitosanitarios, efluentes y ordenamiento territorial. El sitio, disponible en crea.org.ar/mapalegal, es único en su tipo al permitir resolver de manera rápida las dudas sobre el marco legal vigente en las diferentes jurisdicciones argentinas.

La segunda instancia son las Buenas Prácticas consensuadas en el marco de la Red BPA, de la cual CREA forma parte –junto a otras instituciones públicas y privadas– desde sus inicios. En la misma, están disponibles plataformas digitales de autodiagnóstico para visualizar aspectos por mejorar.

La tercera instancia del programa consistirá en el desarrollo de un Sistema de Indicadores Ambientales (SIA) para agricultura, ganadería y lechería. “Va a ser la herramienta que permitirá analizar y cuantificar, a nivel de lote y por establecimiento agropecuario, el impacto del uso los recursos naturales y la energía involucrada en los procesos de producción”, explica Ariel.

La última etapa del GAC será una Guía de Priorización de Mejoras orientada a dar soporte al empresario agropecuario en aquellas cuestiones por mejorar en función de los objetivos propuestos.

“En el primer semestre de 2020 el equipo de ambiente estará trabajando con empresas de grupos CREA de diferentes regiones productivas para validar la incorporación de la dimensión ambiental en sus análisis y dinámica de trabajo CREA”, apuntó Ariel. “Para eso a fines del año pasado se realizó un primer taller para asesores CREA de implementación de las herramientas GAC”, agrega.

Las normas de Gestión Ambiental CREA se enmarcan dentro de la Gestión Integral de Sostenibilidad, que incluye las dimensiones económica y social de las empresas en el marco de una visión sistémica.

“La dimensión ambiental se convirtió en un factor muy importante en la competitividad. Hacia adentro, las empresas necesitan conservar los recursos para mantener la productividad, y convertirse en atractivas tanto para las personas que trabajan en ellas como para las nuevas generaciones. Hacia afuera, los empresarios necesitan estar atentos a las expresiones de la sociedad, sean estas manifestadas a través de conflictos, regulaciones legales o del propio mercado que marca estímulos para determinadas formas de producir”, afirma Ariel.

Fuente: Valor soja.