El actual ministro de Agricultura, Gandería y Pesca de la Nación, Luis Basterra, quien ejerció el cargo de Diputado desde 2011 a fines de 2019, presentó en más de una oportunidad en la Cámara de Diputados un proyecto de Ley de Fertilizantes, pero sólo consiguió media sanción.
Sin ir muy lejos en el tiempo, en septiembre de 2014 Basterra llevó a la Cámara el proyecto titulado “LEY PARA MEJORA DE LOS SUELOS AGROPECUARIOS”, que además llevaba la firma y apoyo del tucumano Juan Casañas y del cordobés Edgar Müller, demostrando que los tres diputados pertenecientes a diferentes partidos políticos y provincias, tenían una meta en común.
Los años pasaron y sin importar quién gobernaba la Argentina, el proyecto para promover el uso fertilizantes nunca ganó el consenso necesario para convertirse en Ley.
Para conocer el proyecto de Ley sobre fertilizantes presentado Basterra en 2014, hacer click AQUÍ.
De esta situación se desprenden dos preguntas: ¿Querrá Basterra impulsar un nuevo proyecto de Ley de Fertilizantes ahora que es ministro? ¿Qué alcances tendría para la producción argentina una Ley de Fertilizantes?
Una hipotética Ley de Fertilizantes
Para responder la segunda de estas cuestiones, la gerencia de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires realizó un completo informe que evalúa el impacto económico y fiscal de la implementación de una ley de promoción del uso de fertilizantes en cultivos extensivos en Argentina, que como primer resultado, “arrojaría un aumento de la producción de cereales y oleaginosas entre 8 y 18 millones de toneladas”.
Desde el punto de vista fiscal, la Bolsa plantea dos escenarios posibles en los que podría impactar un Ley de incentivos de nutrición. Se contempla así que podría haber “dos niveles de deducción adicional de la inversión en fertilizantes, 50% y 100%, y dos hipótesis de aumento del nivel tecnológico: A ( la mitad de los productores de cada nivel tecnológico pasa al siguiente, tanto en términos de aplicación de insumos como de rendimientos obtenidos) y B (todos los productores pasan al nivel alto).
Teniendo en cuenta que este escenario es el de 50% de deducción adicional, “en la Figura 1, la demanda de fertilizantes podría incrementarse entre 13% y 29%, dependiendo del shock tecnológico, mientras que la producción de cereales y oleaginosas podría crecer entre 6% y 12%. Considerando una base de 137 millones de toneladas, esto implicaría pasar a 145 o 153 millones de toneladas”, indica la Bolsa.
Para el caso del 100% de deducción, “la fertilización podría incrementarse entre 16% y 32%, mientras que la producción de cereales y oleaginosas podría crecer entre 7% y 13%. Esto se traduciría, nuevamente, en incrementos del valor agregado de toda la cadena por entre 1.342 y 2.883 millones de dólares”.
Y en gráficos, quedaría así:
Como conclusión se puede entender que una Ley de Fertilizantes que promueva la nutrición de los suelos, ya sea por incentivos directos con deducciones sobre el valor de compra o otros mecanismos de promoción, generaría como mínimo un aumento productivo nacional de granos de 8 millones de toneladas, generando una suba del valor agregado superior a los 1.160 millones de dólares; y en el mejor de los casos, aumentaría 18 millones de toneladas la producción a nivel país, teniendo una suba en el impacto de la cadena de 2.883 millones de dólares.
Fuente: InfoCampo.