En lo que va del año se vendieron 11,5 millones de toneladas más de granos tras la última campaña

Los dólares que el campo sumará a la economía argentina serán 2.000 millones menos en este segundo trimestre, respecto del mismo período del año anterior. Representa una caída de un 30%, entre los 4.500 millones estimados ahora versus los 6.500 millones liquidados en 2019. Hasta ahora, la comparación interanual de enero a abril acumuló una caída de 18% en la liquidación de divisas provenientes de las ventas de granos. El mes pasado fue de 1.524 millones de dólares, 20% menos que los 1.915 de abril de 2019.

¿Entonces? No pasa por retrasos en la liquidación de divisas o menor pago de retenciones, el problema es que “ya se gastó esa plata”. El mayor porcentaje ingresó entre las elecciones PASO del 11 de agosto y el 14 de diciembre, cuando el Gobierno aumentó los derechos de exportación.

Históricamente, el ingreso de los dólares del campo a las cuentas fiscales argentinas ha registrado sus picos en el segundo trimestre del año, luego de la cosecha, y en los meses posteriores suele ir bajando progresivamente, pero en 2019 ese flujo se mantuvo constante alrededores de los 2.000 millones de dólares mensuales hasta diciembre.

Así las cosas, tomando sólo los segundos trimestres, los 6.500 millones de dólares liquidados en 2019 (1.195 de abril, 2.395 de mayo y 2.219 de junio) difícilmente se alcancen en este 2020. Hasta ahora ingresaron 1.524 millones del mes pasado, y las proyecciones de Adreani estiman 1.130 millones para el mes en curso y 1.850 para junio, lo cual sumaría 4.500 millones en el trimestre, 2.000 millones menos que el año pasado.

Pablo Adreani, consultor agroeconómico, reflejó que se vendieron 11,5 millones de toneladas más de granos tras la última campaña, pero las operaciones se concentraron en el segundo semestre del año pasado.

Con todo, además de las fuertes ventas del año pasado, en el análisis de la merma durante 2020 hay otras razones, como “las dificultades y demoras para la circulación del transporte de granos y abastecimiento que afectó a las terminales y plantas procesadoras, más la histórica bajante del río Paraná”, según expusieron desde la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan un tercio de las exportaciones argentinas, desde donde también pusieron en consideración “la inestabilidad financiera y comercial internacional”.

En ese contexto, Adrean aclara que «la diferencia de 2.000 millones de dólares es una proyección relativamente optimista, porque está basado en datos de mercado de fines de abril y las últimas novedades cambiarias, por la brecha entre el oficial, los demás tipo de cotizaciones de mercado y las restricciones, seguramente desalentarán las ventas de granos».

Perspectivas

El avance de la nueva cosecha de granos gruesos está prácticamente en la mitad del proceso, porque falta recolectar un 20% de la soja y aproximadamente la mitad del maíz, según los relevamientos actualizados de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Hasta el momento, se ha fijado precio (referencia de la venta de los productores a las industrias y exportadoras) a unas 12 millones de toneladas de soja, un 25% de la cosecha proyectada de 50 millones de toneladas). Eso significa que los productores poseen granos (en silo bolsas en los campos, en plantas de acopio, cooperativas o entregados sin fijar precio) en cantidades similares al año pasado.

Pronostican una semana ideal para avanzar con la cosecha

El precio efectivo de los granos lógicamente también incide. A mayor valor, mayor ritmo de ventas y mayor nivel de exportación. Por eso, las complicaciones cambiarias juegan en contra de nuevas ventas en el corto plazo. “El escenario económico y la fuerte emisión monetaria configuran un fuerte atraso en el tipo de cambio oficial, que sumado a las retenciones lleva a calcular un dólar campo a $ 43. Entonces, mientras tanto, los productores no venden sus granos y por ende los exportadores no liquidarán los dólares”, describió Adreani.

Las perspectivas están teñidas de la incertidumbre general. “La estrategia de ahora en más va a ser quedarse con una parte de los granos como moneda dura, e ir vendiendo mes a mes o momento a momento para ir cubriendo las cuentas en pesos que haya que afrontar, como salarios y otros costos de producción”, vislumbra Teo Zorraquín, consultor de empresas agropecuarias.

El consultor de empresas agropecuarias Teo Zorraquín reflejó que «se está vendiendo bastante cantidad de granos para pagar compromisos, pero un 20/30% de los granos se guardarán como reserva de valor».

Según análisis propios y datos de las bolsas de cereales, el mismo analista refleja que “se está entregando mucho grano, porque había muchos compromisos de canjes, bancos y de cuentas comerciales que cubrir. Igual, si bien hay riesgos de una mayor caída de precios de los commodities, la mayoría de los productores prefiere guardar lo que pueda, un 20 o 30% de su cosecha, para vender en los próximos meses sucesivamente”.

La radiografía que Zorraquín hace de un productor medio es la siguiente: “Hay una puja entre la conveniencia de quedarse posicionados en granos y la realidad que impone necesidades. Buena cantidad se está vendiendo para pagar compromisos, que no casualmente se concentran luego de la cosecha. Pero ante las dificultades para comprar dólares y alternativas en pesos muy poco rentables, se irán vendiendo granos solo en la medida que lo necesite la caja de cada negocio agrícola”.