Los feedlots llegaron al 1° de marzo con una ocupación del 50% en sus corrales, lo que representa el séptimo mes consecutivo en baja, según estimaron desde esa cadena de valor.
Esta situación se origina por la suba en los costos de alimentación, en donde el precio del maíz tiene una fuerte incidencia, y en el precio del ternero de invernada, que si bien representa una buena noticia para el criador dificulta el negocio del engorde en corral.
Esta situación de menor disponibilidad de cabezas bovinas también tiene un impacto directo en los mostradores de las carnicerías.
Este faltante de hacienda de consumo representa un factor alcista al momento de la formación de precios en los remates y en el Mercado de Liniers.
El negocio ganadero muestra un consumo interno con las cifras más bajas de la última década, sobre los 50 kilos anuales por habitante y un escenario de precios en alza que se trasladó a los mostradores. Por el lado de la exportación, Europa empieza a evidenciar algunos signos de recuperación, mientras que China sigue con su nivel sostenido de demanda pero con escasas mejoras en los precios que paga a los exportadores argentinos.
En los últimos días, novillitos y vaquillonas destinados al mercado interno treparon a un promedio de $185 por kilo, con topes de hasta $196,5 en el caso de lotes de muy buena calidad.
Con una oferta que escasea, los compradores pagan más por mejor terminación. En el caso de la invernada, los valores promedio de bovinos de 180 a 200 kilos se ubican sobre los $210.
Según señalaron desde la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), el maíz utilizado para la terminación de la hacienda representa un 60% de los costos de alimentación, mientras que las fuentes de proteína -ligadas al precio de la soja– registran un fuerte incremento, arrastradas por las cotizaciones en Chicago.
El otro tema que preocupa a los feedloteros es la relación de precios entre animales livianos y el novillo que sale de los corrales.
«En noviembre, el gordo mostró una recuperación; sin embargo, los costos mencionados continuaron con una tendencia en alza», advirtieron desde CAF.
En el último informe mensual publicado por la cámara, en donde relevan la situación de sus establecimientos, explicaron que el 50% de ocupación se encuentra por debajo del promedio de los últimos cuatro años.
En este punto de desfase entre el precio del animal liviano que ingresa a los corrales y el gordo que sale, advirtieron que los valores actuales de reposición «son inviables en el negocio del engorde actual y además complican la recría pastoril».
Según cálculos de la cámara, los engordadores pierden en la actualidad cerca de $6.000 por cabeza engordada. Para empatar el negocio, los feedloteros estiman que deben recibir animales terminados entre $205 y $210 por kilo.
Por Andres Lobato
Fuente: Agritotal.