La poderosa industria molinera brasileña de trigo, agrupada en la cámara Abitrigo, alertó que se opondrá a la comercialización del trigo y la harina del cereal transgénico aprobado por la Argentina.
La semana pasada, el Gobierno autorizó de manera condicional a un permiso de Brasil el trigo transgénico tolerante a sequía desarrollado por Bioceres. Brasil compra el 45% del trigo que exporta la Argentina.
El 22 del actual, la CNTbio, un organismo que entiende sobre aprobaciones en el vecino país hará una ronda de consultas sobre el trigo transgénico. Anticipándose a eso, Abitrigo adelantó hoy su rechazo.
Según Abitrigo, «en una encuesta interna realizada a molineros brasileños, el 85% no estaba a favor de utilizar trigo transgénico y el 90% dijo estar dispuesto a detener sus compras de trigo argentino, en caso de que comenzara la producción comercial en ese país y exportara al país».
En una carta firmada por Rubens Barbosa, su Consejero Delegado, la entidad agregó: «No hemos identificado ningún movimiento en la demanda de los consumidores brasileños por soluciones transgénicas; por el contrario, existen manifestaciones publicadas por asociaciones de consumidores con restricciones al uso de estos productos transgénicos. Las opiniones emitidas en eventos regulatorios, juicios, declaraciones de consumidores y agencias de protección al consumidor permiten inferir que el mercado brasileño es reactivo y preocupado por la adopción de alimentos transgénicos».
En este contexto, Abitrigo dijo que «hace pública su posición en contra del uso de esta fuente alternativa de generación de alimentos». También remarcó que «se opondrá a la comercialización tanto de harina transgénica como de trigo en el transcurso de la audiencia pública convocada». Además, indicó que pedirá a las autoridades del vecino país «que no autoricen la comercialización de estos productos en Brasil».
La semana pasada, 16 cámaras del agro de la Argentina, donde están bolsas de cereales, acopiadores, entidades de la Mesa de Enlace, molinos y los exportadores, responsabilizaron al Ministerio de Agricultura por cualquier daño que se produzca en la relación comercial.
Dijeron que el «Ministerio de Agricultura debe asumir las responsabilidades de las consecuencias directas que pueden generar costos económicos y comerciales para todos los productores de trigo, así como para todos los eslabones de comercialización y transformación interna y de exportación».
Esta postura suscribieron las bolsas de cereales y comercio de Buenos Aires, Bahía Blanca, Córdoba, Chaco, Entre Ríos, Santa Fe, Rosario, la Cámara de Industriales Molineros, el Centro de Exportadores de Cereales, Centro de Corredores, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Coninagro, Federación Agraria (FAA), Federación de la Industria Molinera (FAIM), Sociedad Rural Argentina (SRA) y Federación de Centros y Actividades Gremiales de Acopiadores.
La respuesta de Bioceres
Ante una consulta sobre la comunicación de Abitrigo, desde Bioceres indicaron que la nota surge a pedido de las entidades argentinas y adelantaron que tienen pautada una serie de reuniones en los próximos días con los directivos de Abitrigo «para atender sus dudas e inquietudes».
Fuente: La Nación Campo.