En el peor momento para la demanda de maíz, restringida por las medidas dispuestas para intentar contener el avance de la pandemia de coronavirus sobre los Estados Unidos, el gobierno de ese país proyectó hoy un volumen de producción inédito en su historia agrícola: 406,3 millones de toneladas para la cosecha 2020/2021, un 17,1% más que en el ciclo precedente, cuando el principal proveedor mundial del cereal recolectó 347,1 millones de toneladas, y un 5,6% por encima de la anterior mayor marca, de 384,8 millones en la campaña 2016/2017.
El dato fue publicado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) en su informe mensual de estimaciones agrícolas mundiales y marcó el inicio de la valoración del organismo sobre el nuevo ciclo comercial, que en el hemisferio norte verá el inicio de la cosecha en septiembre próximo.
Pese a que tras la noticia el mercado de Chicago reaccionó con una leve mejora en las cotizaciones, producto de un dato sobre existencias finales que resultó, aunque muy abundante, inferior a los cálculos de los operadores, los US$126,86 por tonelada a los que cerró hoy el contrato julio del maíz estadounidense implicaron una merma del 18,4% desde los US$155,41 vigentes en el cierre del año anterior y mantuvieron al cereal en el peor nivel de precios desde septiembre de 2016.
En su informe, el USDA proyectó la demanda de maíz de la industria productora de etanol para el ciclo 2020/2021 en 132,1 millones de toneladas, un volumen que representa el 32,5% de la cosecha esperada y que contrasta contra el usual 36/38 por ciento de participación.
Y para intentar compensar la mayor producción y esa menor demanda de la industria del etanol, el USDA elevó en un 21,1% su proyección sobre las exportaciones estadounidenses de maíz, desde los 45,1 millones de toneladas del ciclo 2019/2020 hasta los 54,6 millones.
Tampoco escapa al análisis la posibilidad de que los productores estadounidenses de etanol intenten exportar los excedentes del biocombustible, un movimiento que, de efectivizarse, también afectaría las aspiraciones de la industria local, que hoy padece la caída del consumo de combustibles y el derrumbe del valor del petróleo, que obligó a la paralización de las principales plantas productoras, que se encuentran con la capacidad de almacenaje completa. Este estado de situación es compartido con los elaboradores de biodiésel en base a aceite de soja.
Cambio de escenario
Para el maíz argentino, que actualmente está en plena cosecha, la crisis generada por el coronavirus, y que ahora podría agravarse con una cosecha récord en Estados Unidos, se refleja sobre las cotizaciones del cereal. Desde el 19 de marzo, día previo al inicio de la cuarentena doméstica, el valor FOB (exportación) del grano en los puertos locales cayó un 13,1%, de 168 a 146 dólares por tonelada.
En el mismo período, el valor propuesto por los compradores a los productores en la zona del Gran Rosario cayó un 9,2%, de 130 a 118 dólares por tonelada. A principios de marzo las ofertas de los exportadores oscilaban de 140 a 145 dólares en Rosario. Así, el actual cambio de escenario, además de resentir el ingreso de divisas, podría impactar sobre la intención de siembra 2020/2021 e inclinar a más agricultores hacia la soja, en detrimento del cereal.