La próxima cosecha fina alcanzaría un récord de casi 25 millones de toneladas y un aporte de divisas por encima de los USD 3.600 millones

En medio de un escenario de elevada incertidumbre por los efectos del coronavirus, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires realizó hoy de manera virtual el lanzamiento de la Campaña Fina 2020/2021, la cual podría aportar divisas por encima de los 3.600 millones de dólares. Para que se concrete esa proyección, desde la entidad reclamaron que no haya cambios en las reglas de juego.

Según las proyecciones de la Bolsa porteña, la siembra de trigo alcanzaría las 6.800.000 hectáreas, registrando un aumento del 3% en relación al ciclo anterior y se convertiría en el segundo récord histórico de área en los últimos 20 años, que derivaría en una cosecha de 21 millones de toneladas, con un crecimiento de casi el 12%, y rendimientos de 31,4 quintales por hectárea.

El trigo demuestra que con incentivos la cadena responde con más inversión. Estamos ante una nueva gran oportunidad y para eso es importante no modificar las reglas de juego (Martíns)
Los especialistas de la Bolsa de Cereales especificaron que la producción de trigo se favorecerá por las buenas condiciones climáticas para la siembra, y también por una mejor relación insumo-producto. A todo esto, los márgenes de trigo son los únicos que resultarían similares a los de la campaña anterior y posicionan a la opción trigo más soja entre las más competitivas para el nuevo ciclo.

Por otro lado, se proyecta una siembra de cebada de 950 mil hectáreas, registrando una baja del 5% en comparación a la campaña anterior, y una producción total de 3.750.000 toneladas, con rendimientos que podrían llegar a 41,4 quintales por hectárea.

En total, los cultivos de invierno aportarían una siembra de 7.500.000 hectáreas y una cosecha de 24.750.000 toneladas. De concretarse estas estimaciones, el Producto Bruto de ambas cadenas sería de 4.200 millones de dólares, con un crecimiento interanual del 13%, debido a una mayor producción, mejores rendimientos por hectárea, y un aumento en la molienda y las exportaciones. En valor, las exportaciones de ambas cadenas superarían los 3.600 millones de dólares, mientras que la recaudación fiscal crecería un 25% y llegaría a los 1.200 millones de dólares.

Reglas de juego claras

Además, hay una oportunidad para el trigo argentino de profundizar su presencia en el mercado internacional, a partir de las restricciones a las exportaciones que están implementando algunos países que compiten con la producción local. Según la Bolsa de Cereales, las exportaciones de trigo de la futura campaña superarían las 13 millones de toneladas.

Juan Pablo Gianatiempo, del Instituto de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales, dijo que la próxima campaña de cultivos de invierno, “se desarrollará en un contexto de incertidumbre pocas veces visto, marcado por la pandemia del coronavirus y la crisis económica global. Sin embargo, el trigo es el cultivo que mayor resistencia ha mostrado a la tendencia bajista de los precios internacionales, debido a los cambios en la demanda, mayores restricciones al comercio, menor relación con los mercados energéticos y un balance con menor capacidad de respuesta frente a posibles problemas de oferta en los principales países productores”.

En su presentación, Agustín Tejeda Rodríguez, economista jefe de la Bolsa de Cereales, sostuvo que para concretar este aporte de la cadena de cultivos de invierno, «sería importante que haya señales claras que despejen la incertidumbre vinculada al marco normativo para la próxima campaña. Teniendo en cuenta que la perspectiva para los otros granos es menos alentadora, la campaña fina será clave para el aporte total del Agro a la economía del año próximo”.

A lo planteado por Tejeda Rodríguez, el presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, José Martíns, dijo: “El trigo demuestra que con incentivos la cadena responde con más inversión. Estamos ante una nueva gran oportunidad y para eso es importante no modificar las reglas de juego”.

Y agregó: “Será importante trabajar en un acuerdo público-privado que reconozca la importancia del sector, y le permita continuar creciendo y agregando valor, consolidándonos como uno de los principales exportadores de alimentos del mundo, y garantizando el aprovisionamiento interno”.

El trigo es el cultivo que mayor resistencia ha mostrado a la tendencia bajista de los precios internacionales, debido a los cambios en la demanda, mayores restricciones al comercio, menor relación con los mercados energéticos y un balance con menor capacidad de respuesta frente a posibles problemas de oferta en los principales países productores (Gianatiempo)
Por su parte, el Secretario de Agricultura, Julián Echazarreta, sostuvo en el cierre del lanzamiento de la Campaña Fina: “La palabra intervención es para nosotros muy pequeña y lejana. Formamos parte de un gobierno que respeta la palabra dada, y que le presta atención, escucha y dialoga con el sector agropecuario”, dijo.

Por último, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, volvió a reconocer el esfuerzo que realiza la cadena agroindustrial en plena cuarentena obligatoria para prevenir el coronavirus, para garantizar los compromisos de exportación y el abastecimiento del mercado interno.

Fuente: InfoBae Campo