Las provincias que aplicaron las mayores restricciones para circular hacia o dentro de su territorio durante la pandemia del Covid-19 son las que perdieron la mayor cantidad de empleos registrados en el último año.
El ranking interanual de destrucción de empleo registrado lo encabeza la provincia de San Juan –gobernada por Sergio Uñac– con una caída de 10,5%. En esa jurisdicción, que en agosto regresó a la denominada “fase 1”, llegó a implementar medidas orwellianas tales como colocar fajas en domicilios de infectados con Covid-19 con la leyenda “persona en aislamiento”.
En el segundo lugar del ranking se ubica San Luis con una caída interanual del empleo registrado de 7,5%. Desde fines de marzo pasado, con la implementación del aislamiento obligatorio, el gobernador Alberto Rodríguez Saá ordenó bloquear todos los accesos de ingreso a la provincia de San Luis con la excusa de que tal medida contribuye a evitar la propagación del Covid-19.
Tal decisión –violatoria de un derecho constitucional– produjo grandes perjuicios a muchos productores y profesionales del agro que no pudieron atender tareas impostergables a pesar de que los mismos se encontraban desde un inicio contemplados entre las denominadas “actividades esenciales” exceptuadas de la prohibición de circular durante la vigencia del “aislamiento obligatorio”.
El tercer lugar es para la provincia de Mendoza (-7,0%), una provincia que, si bien aplicó medidas racionales orientadas a no entorpecer el desarrollo de las actividades consideradas esenciales, experimentó perjuicios enormes al quedar encerrada en los “cotos logísticos” establecidos por San Juan y San Luis.
El cuarto lugar del ranking es para Santiago del Estero (-5,6), provincia en la cual el gobernador Gerardo Zamora –tal como hizo Rodríguez Saá en San Luis– aplicó un “cerco logístico” que no sólo complicó el desarrollo de las actividades esenciales en esa jurisdicción, sino también las de las vecinas Salta y Tucumán.
En el último año –según las últimas estadísticas oficiales publicadas por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación– el trabajo registrado (“en blanco”) cayó a nivel nacional en un 4,7%, lo que representó una destrucción de 289.620 empleos.
El único sector productivo que generó empleo en el último año (junio/junio) fue la pesca con la creación de 126 puestos de trabajo (+0,9%).
El agro, con 316.985 trabajadores registrados en junio pasado, tuvo una pérdida interanual de 6893 empleos (-2,1%), la mayor parte de los cuales se explican por las dificultades para contratar trabajadores temporales dedicados a tareas en cultivos intensivos en el marco de las restricciones logísticas implementadas por algunas provincias.
El sector productivo que lidera el ranking interanual de destrucción de empleo es la construcción con una caída del 27,6% (equivalente a una pérdida de 123.389 puestos de trabajo), seguido por hoteles y restaurantes con -10,9% (-28.237), minería con -4,1% (-3527) y transporte con -3,4% (-18.747).
Fuente: Valor soja.