Marchitamiento por Fusarium Oxysporum en garbanzo

El garbanzo (Cicer arietinum L.) es una de las legumbres invernales más importantes cultivadas en el mundo. Sus granos representan una fuente de proteína barata de gran potencial, cuyo aprovechamiento puede ser integral.

Actualmente en Argentina, las principales provincias productoras son Salta, Córdoba, Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca. Considerando su comercialización, el principal destino de la producción del país es la exportación. En la campaña 2019, la superficie de siembra estimada en la provincia de Salta fue de 32.754 ha y en Córdoba 49.300 ha. Mientras que en la provincia de Tucumán se sembraron 12.050 ha. Córdoba tuvo una reducción en la superficie de siembra del 42% en relación a la campaña 2018, donde hubo bajos rendimientos producto del ataque de enfermedades generadas por patógenos de suelo como Fusarium spp. y Rhizoctonia spp.

El marchitamiento por Fusarium oxysporum es una de las limitantes productivas más importantes a nivel global y ha sido detectado en la mayoría de los países donde se cultiva el garbanzo.

En este reporte se brinda información relacionada al marchitamiento generado por Fusarium oxysporum en garbanzo, la misma, incluye aspectos del reconocimiento de síntomas en campo, condiciones favorables para la expresión del marchitamiento y diferentes estrategias para controlar el patógeno.

Síntomas en campo

Esta enfermedad es consecuencia de infecciones vasculares en la planta, que llevan asociadas una coloración oscura del xilema y ocasionalmente de la médula de la raíz, cuello y tallo de las plantas infectadas. Se presenta con síntomas de amarillez y marchitez (Figura 1), causando la muerte de la planta o una menor cantidad de semillas logradas.

Figura 1: A. De izquierda a derecha: planta sana, planta con síntomas de amarillez y planta con síntomas de marchitez avanzado (muerte de planta, Campaña 2018, Rosario de la Frontera, Salta. B. Infección vascular, tallo con necrosis interna.

Es importante considerar la fuerte influencia que tiene el ambiente en la ocurrencia y desarrollo de las enfermedades en las plantas. Las condiciones favorables para la expresión del marchitamiento por F. oxysporum son: temperatura optimas entre 24 – 27° C, humedad relativa superior al 60 % y suelos con mal drenaje.

El síntoma de amarillez vascular se expresa con más lentitud que el de marchitez (Figura 2) y se caracteriza por el desarrollo de clorosis, amarillez y necrosis de los foliolos de las hojas inferiores, que progresan en la planta desde la base hacia el ápice, dando lugar posteriormente a la defoliación total.

Figura 2: Planta con síntomas de amarillez.

Por otro lado, el síntoma de marchitez vascular se caracteriza por el desarrollo rápido de flacidez de las hojas, en cualquier nivel de la planta y la posterior desecación de foliolos, que adquieren una coloración verde grisácea que se extiende a la planta completa.

Evaluaciones en cosecha

Se presenta el análisis de datos obtenidos durante la campaña 2019, en un lote con historial de siembra de garbanzo, ubicado en la localidad de La Cruz, departamento Burruyacú, provincia de Tucumán. Se evaluaron al momento de la cosecha plantas sanas, con síntomas de amarillez y marchitez para cuantificar de manera preliminar el impacto de los síntomas generados por F. oxysporum sobre componentes del rendimiento.

Al analizar altura de planta, aquellas que estuvieron libres de patógeno lograron un valor medio de 61 cm, mientras que en presencia de los síntomas de amarillez y marchitez se observó una reducción del 11 y 48 %, respectivamente. En cuanto a la producción de cascabullos, fue nula en las plantas con marchitez, mientras que las plantas con amarillez tuvieron una producción 60% inferior a lo obtenido en una planta sana.

Las plantas libres de patógeno, lograron una buena producción de semillas en la que predominan las de calibre 7 (generalmente se correlaciona una mayor producción con menor calibre). En plantas con síntomas de amarillez se observó una reducción en la cantidad de granos, con proporciones similares de calibres 8 y 7. En el caso de la sintomatología marchitez, se expresó en un estadio reproductivo temprano (R1-R2) y al producir la muerte de la planta en un tiempo breve (considerando desde la aparición de los primeros síntomas), no generó producción (Figura 3). Este síntoma en caso de presentarse en estadios reproductivos avanzados (R5-R6) puede ocasionar una importante reducción en la cantidad y calidad de granos logrados (descoloridos y arrugados).

 

Figura 3. Altura de planta y producción de semillas de garbanzo. De izquierda a derecha: una plana sana, una planta con síntomas de amarillez y otra planta con síntomas de marchitez. Campaña 2019, Burruyacú Tucumán.

Las plantas con los síntomas mencionados anteriormente, fueron analizadas en el laboratorio de la Sección de Fitopatología de la EEAOC, donde se corroboró que el agente causal fue Fusarium spp.

 

Recomendaciones

Teniendo en cuenta que es un patógeno de suelo, las medidas para su control son preventivas. A continuación, se detallan estrategias:

– Disponer de la información del historial del lote y con · ello evitar realizar monocultivo. El patógeno puede sobrevivir en el suelo entre 5 a 6 años, aún en ausencia de planta huésped.

– Rotar cultivos o variedades. Las interacciones son muy específicas (genética de planta/ genética del patógeno). Al rotar variedades se evita el incremento de poblaciones específicas del patógeno en el suelo.

– Determinar la carga patogénica en el suelo. La determinación de la cantidad de patógeno presente en el lote, será un indicativo del riesgo al que estará expuesto el cultivo en caso de presentarse las condiciones favorables para la expresión de la enfermedad.

– Seleccionar la fecha de siembra adecuada. Esto permitirá evitar temperaturas cálidas durante las primeras etapas del cultivo, en las cuales suele ser más susceptible a la infección.

– Emplear variedades tolerantes y de buen comportamiento. Si bien la disponibilidad de variedades de garbanzo es escasa a nivel nacional, entre las difundidas actualmente, Norteño se comporta como tolerante. En evaluaciones realizadas a campo, se observó además un buen comportamiento de la variedad TUC 464, liberada por la EEAOC.

– Disponer de semilla de buena calidad fisiológica y sanitaria, recurriendo a un análisis presiembra. F. oxysporum se transmite a través de la semilla, por lo tanto, realizar un análisis para detectar su presencia previo a la siembra, es de gran importancia para evitar su dispersión y la de sus razas patogénicas a zonas de cultivo, libres de ella.

– Usar fungicida en semillas. Se recomienda usar productos con ingredientes activos del grupo de los benzimidazoles, recurriendo a tecnologías apropiadas para su aplicación, asegurando siempre una buena cobertura de la superficie de la semilla.

– Registrar cada año cuales son los síntomas más recurrentes en lotes con cultivo, de modo de disponer de la caracterización del lote frente a la enfermedad.

– Considerar que en caso de que no se observen plantas con síntomas, pueden presentarse dos situaciones: el lote está “libre” del problema, o que las condiciones no sean favorables para la expresión de síntomas por lo que el patógeno no se detecta a simple vista, aunque está presente.

– Monitorear el cultivo de manera permanente. Realizar un diagnóstico acertado en campo y laboratorio, considerando que existen otros factores que pueden producir síntomas similares:

  1. Síntomas de amarillez: Fusarium spp, virosis, influencia de factores abióticos.
  2. Síntomas de marchitez: Fusarium spp, Phoma spp, complejo hongos de suelo.

 

Autores: Diego Méndez, M. Francisca Perera, Victoria González, Espeche Clara M., Oscar Vizgarra, Mario Devani y Atilio Pedro Castagnaro.

Instituciones:  Itanoa, Eeaoc, Conicet.

Fuente: AgroNOA