Este estado de situación, que en buena medida es consecuencia del fuerte descenso del consumo de combustibles por las medidas tomadas para intentar controlar la pandemia de coronavirus, que restringieron muchas actividades comerciales y que mantienen a buena parte de los estadounidenses en aislamiento social, hoy volvió a impactar sobre los precios del maíz.
En efecto, al cierre de los negocios en la Bolsa de Chicago, las posiciones mayo y julio del maíz perdieron US$3,15 y 1,78 tras quedar con precios de 123,71 y de 126,86 dólares por tonelada. Así, el contrato más cercano quedó en el nivel más bajo desde el 1º de septiembre de 2016, cuando el cereal se cotizó a 122,43 dólares. En lo que va del año, el valor del grano grueso retrocedió un 18,96%, desde los 152,65 dólares vigentes el 31 de diciembre último.
Para el etanol ayer se multiplicaron las malas noticias, dado que a la caída del valor del petróleo se sumó el hecho de que muchas refinerías de crudo ya le pidieron a la Agencia de Protección Ambiental estadounidense quedar exentas de la obligación de cortar el combustible fósil con biocombustibles (etanol o biodiésel) y, además, dentro del paquete de ayudas que la Administración Trump presentó para diversas actividades del sector agropecuario, la producción de etanol no fue contemplada.
Mucha oferta en camino
La crisis de la industria del etanol no podría haber llegado en peor momento para el maíz, que está comenzando la siembra 2020/2021 con expectativas de cosecha récord en los Estados Unidos, dado que la intención de siembra fue fijada por el USDA en 39,25 millones de hectáreas, contra los 36,30 millones cubiertos en la campaña anterior.
A la espera del informe mensual que el USDA publicará el 12 del mes próximo, con las primeras proyecciones sobre las variables comerciales del nuevo ciclo agrícola, entre ellas, cosecha, uso doméstico (etanol incluido), exportaciones y existencias finales, en el mercado los cálculos privados ubican el volumen de la cosecha -con clima normal- entre 385 y 395 millones de toneladas, que se sumarían a los 53,15 millones que el organismo proyectó como existencias finales para la campaña 2019/2020.
«Frente a estas cifras, ciertamente el gobierno deberá generar nuevos programas para achicar las existencias de maíz, incluyendo compras para donar a terceros países. Y, eventualmente, pensar en planes de pago a los agricultores para que no siembren en el ciclo 2021/2022», indicó Sernatinger.
El especialista aclaró que sería en vano creer que en el corto plazo «compras chinas podrían compensar la menor demanda de maíz de la industria del etanol. Simplemente debemos aceptar que estamos creciendo demasiado (producción) y usando muy poco».
Hoy, en su informe semanal, el USDA relevó el avance de la siembra de maíz sobre el 7% del área prevista, frente al 3% del reporte anterior; al 5% vigente un año atrás, y al 9% promedio de las últimas cuatro campañas.
Según Sernatinger, es muy probable que los agricultores sigan adelante con el programa de siembras tal cual lo tenían definido antes de la caída de los precios del maíz, al menos para asegurarse al cobro del precio sostén que fija el gobierno si las cotizaciones caen debajo de un nivel determinado.
Y para graficar el momento que atraviesa el maíz en los Estados Unidos, el operador explicó que en el mercado «unos sostienen que el valor del maíz es demasiado bajo como para aceptar venderlo, mientras que otros consideran que ese valor aún no es lo suficientemente bajo como para comprarlo».
La soja, también en retroceso
Para la soja, la primera rueda de la semana en la Bolsa de Chicago también fue negativa, dado que los contratos mayo y julio perdieron US$2,20 y terminaron la jornada con ajustes de 303,69 y de 307,27 dólares por tonelada.
Al impacto negativo de la caída del petróleo sobre la producción de biodiésel en base a aceite de soja, el complejo sojero sumó la posible merma en la demanda forrajera si no se le encuentran destinos ciertos a los excedentes que productores de bovinos, porcinos y de aves acumulan por el desplome de las ventas a restaurantes y a grandes hoteles, cerrados por las medidas de aislamiento social impuestas para frenar el brote del Covid-19 en Estados Unidos.
En su informe semanal sobre cultivos, el USDA confirmó hoy el inicio de la siembra de soja 2020/2021 y relevó su progreso sobre el 2% de una superficie prevista en 33,79 millones de hectáreas, por encima del 1% de igual momento de 2019 y del 1% promedio de las cuatro campañas precedentes.
La nota positiva de la jornada fue el trigo, que cerró con importantes subas en el mercado estadounidense por la posibilidad de que Rusia abandone el mercado exportador cerca de un mes y medio antes del inicio de su nueva cosecha.
El contrato mayo del cereal en las Bolsa de Chicago y de Kansas sumó US$5,60 y 6,06, en tanto que su ajuste fue de 201,63 y de 181,97 dólares por tonelada.
El informe semanal del USDA sobre el estado de los cultivos bien podría apuntalar mañana los precios del cereal, porque el organismo redujo hoy del 62 al 57% la proporción de trigos de invierno en estado bueno/excelente, un nivel que también resulta inferior al 62% vigente un año atrás.
Mercado doméstico
En la plaza local repercutieron las bajas externas para los granos gruesos. En efecto, las ofertas abiertas por soja disponible para el Gran Rosario retrocedieron de 210 a 200 dólares por tonelada. Algunos compradores más necesitados de mercadería convalidaron hasta 205 dólares, pero el volumen comercializado fue muy bajo.
Para los puertos de Bahía Blanca y de Necochea las bajas para la soja fueron de 215 a 205 y de 215 a 210 dólares por tonelada, respectivamente.
En el Matba Rofex las posiciones mayo y julio de la soja perdieron US$0,50 y 0,30, mientras que sus ajustes fueron de 215 y de 220,50 dólares por tonelada.
Respecto del maíz, los exportadores propusieron 123 dólares por tonelada disponible para el Gran Rosario y 135 dólares para Bahía Blanca, 2 y 5 dólares menos que el viernes pasado, respectivamente. Como ocurrió en la última rueda de la semana pasada, en Necochea no hubo compradores interesados en el cereal.
Las pizarras del Matba Rofex reflejaron quitas de US$3,70 y de 2,50 sobre los contratos abril y julio del maíz, cuyos ajustes fueron de 126,50 y de 120,50 dólares por tonelada.
El trigo terminó la rueda sin variantes en el mercado físico. Los exportadores volvieron a proponer 200 dólares por tonelada disponible para Bahía Blanca; 190 dólares para el Gran Rosario, y 188 dólares para Necochea. Sobre estas mismas terminales los interesados en grano de la próxima cosecha, con descarga entre diciembre y enero, ofrecieron 175, 170 y 165 dólares por tonelada, respectivamente.
En el Matba Rofex las posiciones julio y diciembre del trigo subieron US$1,50 y 3, al cerrar con ajustes de 202,50 y de 172 dólares por tonelada.