La racha alcista de los precios internacionales de la soja y los cereales se mantiene firme, y en el corto plazo, no se avizora que se detenga. En lo que va del año, la soja escaló casi USD 100 hasta los USD 565 que vale hoy en el mercado de Chicago, mientras que el maíz más que duplicó su valor en un año y superó al precio del trigo. Este combo le promete a Argentina USD 10.000 millones extra para este año y si bien será una buena noticia para la economía nacional, no tendrá el mismo impacto para el productor.
Si bien los valores de los tres principales granos que se producen en el país se encuentran en su nivel más alto desde 2013, el agricultor argentino no llega a percibir ni la mitad del precio que sí lo hace, por ejemplo, el uruguayo. La combinación entre las retenciones y el desdoblamiento del mercado cambiario condenan al productor a una pérdida de competitividad respecto a sus principales competidores de la región, más allá de que la rentabilidad se encuentre en los mejores niveles en una década.
Según cálculos del especialista, el precio de exportación de la soja se ubica en USD 550 la tonelada, pero con el descuento del 33% de retenciones que se le cobran al productor y otros gastos de exportación y/o industrialización, ese monto se reduce hasta los USD 337 la tonelada (precio pagado en Rosario). Ahora bien, el agricultor argentino no cobra en dólares, sino en pesos. Por lo tanto, esos USD 337 se convierten automáticamente en 31.500 pesos, si se tiene en cuenta el tipo de cambio que se ubica en torno a los $93,5 por dólar.
Pero aquí no termina el cálculo. Si el productor quisiera con esos pesos equivalentes que recibió por la tonelada de soja vendida comprar dólares, no le alcanzaría para adquirirlos a precio oficial, sino que debería recurrir al dólar Bolsa (MEP) que vale 154 pesos. Esto quiere decir que en realidad, el valor equivalente que percibió el productor por esa tonelada de soja fue de USD 204,5, solo un 37% del precio internacional.
Ahora bien, si se toma en cuenta el precio que paga Chicago, la diferencia es más notable. El contrato de julio en dicha plaza bursátil cotizó hoy USD 565,21 la tonelada, pero en Rosario su valor fue de USD 339 la tonelada, que si se contabiliza el equivalente en pesos al valor de dólar “contado con liqui” se transforma en USD 203,13 la tonelada, un 64,06% menos que el “precio lleno” de Chicago.
Maíz y trigo
Por supuesto que el maíz y el trigo también son afectados por esta doble retención o desacople de precios, pero en menor medida, ya que los derechos de exportación que tributan los cereales son del 12%, lo que permite que el productor perciba un precio más cercano que al valor al que se exporta.
Así, por ejemplo, en el caso del trigo, el agricultor recibe el 49% del precio de exportación, que se ubica en USD 273 la tonelada. Así, de ese total deben descontarse los derechos de exportación, que representan USD 33 y las distorsiones propias del desdoblamiento y otros costos, calculados en USD 106. De esta manera, quedan en la mano del productor USD 134 por tonelada, que pasado a pesos son 20.700.
En el caso del maíz, el precio FOB argentino de exportación se ubica en USD 285 la tonelada, a las que se le deben descontar USD 34 en concepto de derechos de exportación y USD 115 producto de las distorsiones antes mencionadas. Así, le queda en bolsillo al agricultor USD 136 por tonelada ($ 21.000), o sea, un 48% del “precio lleno”.
Fuente: Infobae campo.