Durante dos o tres días, los precios del maíz y de la soja suben violentamente, tras lo cual sobreviene una abrupta baja. Y así sucesivamente en las últimas semanas. Este vaivén intranquilizador de las cotizaciones que se observa en el mercado de Chicago -que se traslada, amortiguado, a la plaza local- confunde a los productores y complica sus decisiones comerciales.
¿Qué factores están provocando esta gran volatilidad? Son varios y fueron considerados por Diego Pasi, en una reciente reunión virtual organizada por AZ-Group.
En las últimas semanas tomaron la posición contraria, van desarmando posiciones compradas con algunas certezas sobre el resultado probable de los cultivos y provocan las abruptas bajas que se observan en algunas jornadas.
Enfrentada con una demanda estimada en 375M/t, quedarían existencias finales de 39M/t (por el stock inicial) y una relación stock/consumo de 10,4%, que seguiría siendo muy ajustada. El interrogante que surge es si el clima permitirá alcanzar el rendimiento de 11,27t/ha. El máximo logrado hasta ahora ha sido 11,08t/a, que daría una producción de 379M/t, con un stock más ajustado aún que el proyectado.
Actualmente hay alrededor de 38% de la superficie de maíz estadounidense con problemas de humedad y los cultivos en condiciones “buena” a “excelente” suman 64% vs 69% del promedio de los últimos cinco años. Los pronósticos no adelantan que se vaya a una situación óptima ni tampoco a una catastrófica. El 10% de los maíces inició la floración y los próximos días serán clave para su evolución.
Actualmente, la posición diciembre del mercado de Chicago dejó atrás la tendencia alcista de los últimos meses y perdió el 50% de la suba que había acumulado. De acuerdo a los fundamentos, se podría establecer un piso de precios de 210U$S/t ante rendimientos acotados o de 185 en la situación contraria, una vez que concluya el mercado climático de julio-agosto, se retiren los fondos y se llegue a una situación normal del mercado. Hay muy pocas chances de volver a los 150U$S/t previos al rally alcista porque Estados Unidos necesita una excelente producción para abastecer a la demanda y recuperar stocks.
El caso de la soja
En soja hubo un proceso parecido de valorización: duplicó su cotización en un año y ahora el mercado está corrigiendo los excesos con la salida de los fondos especulativos.
El balance de oferta y demanda del ciclo 2020/21 mostró stocks muy bajos: 3,6M/t, lo que determinará que Estados Unidos se quede sin mercadería para exportar a fines de agosto, cuando haya concretado embarques por 62M/t.
La campaña 2021/22 muestra un área sembrada que aumentó un poco -hasta 35M/ha- que, con un rinde de 3,42t/ha, daría lugar a una cosecha de 120M/t. Si se consigue ese rinde, quedaría un stock final de 4,2M/t, que sigue siendo ajustado. Los cultivos “buenos” y “excelentes” configuran el 59% y hay estados productores con falta de humedad.
La demanda coincidiría con el volumen de oferta, pero podría verse recortada si se aplica un fallo judicial a favor de algunas plantas de algunos estados que no se verían obligadas al corte obligatorio con biocombustibles.
Según el escenario descripto, los precios de la soja pueden caer hasta 460-420U$S/t al momento de cosecha estadounidense y después (agosto y septiembre), de acuerdo a su volumen. Difícilmente se vuelva a los 300-320U$S/t del pasado por los fundamentos ajustados.
En las últimas semanas se está viendo un proceso de toma de ganancias de los fondos especulativos. Por otro lado, en julio-agosto se despeja la incógnita sobre la cosecha gruesa de Estados Unidos y concluye el primer tiempo del partido que están jugando los granos. En esa época del año ocurren bajas estacionales y podrán quedar “sincerados” los verdaderos precios de los granos.
El segundo tiempo se juega a partir de diciembre de 2021, con la potencial vuelta a la volatilidad con la irrupción del mercado climático sudamericano. Para esa época se pronostica un escenario de La Niña débil, que podría dar rindes promedio o por debajo, lo que ´podría afectar la oferta exportable y provocar nuevos movimientos de precios.
Fuente: La Nación Campo.