La Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) informó que declaró en alerta amarilla a un biotipo de Conyza sumatrensis del norte de Buenos Aires, donde a las ya confirmadas resistencias a glifosato e inhibidores de ALS podrían sumarse los hormonales 2,4D y Dicamba y el inhibidor de PPO saflufenacil.
La resistencia de rama negra a glifosato fue confirmada hace más de 5 años y la resistencia a inhibidores de ALS se confirmó el año pasado en un biotipo del sur de Santa Fe. Hay sospechas de esta resistencia en otras zonas como el sudeste de Santiago del Estero, el sur de Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires.
Según Aapresid, la resistencia a los inhibidores de ALS fue confirmada en 2019 por investigadores de la Universidad Nacional de Rosario, quienes trabajaron con las tres familias de herbicidas pertenecientes a este grupo (imidazolinonas, triazolpirimidinas y sulfonilureas) en post-emergencia, es decir con la maleza en estado de roseta.
«Ahora, el equipo conformado por los consultores Alejandro Bagnolo, Eduardo Cortés y Marcos Mitelsky y el investigador Ignacio Dellaferrera (Conicet y FCA UNL), trabajó con un biotipo del norte de Buenos Aires y volvieron a confirmar esta resistencia, pero en preemergencia», dijo la entidad.
«La resistencia en este estadio es muy preocupante ya que esta práctica es ampliamente utilizada para el control de rama negra en barbechos de invierno, en los cultivos de invierno como trigo y cebada y en soja», agregó.
El informe indicó que, ante los escapes visualizados a campo, los expertos vienen trabajado con otros herbicidas post-emergentes de amplio uso en rama negra como glifosato, los hormonales 2,4D y Dicamba y el inhibidor de PPO Saflufenacil.
«Si bien todavía se registra buen control con flumioxazin y terbutilazina (como herbicidas preemergentes de uso en trigo) y atrazina (en barbecho a maíz), la posible pérdida de estos valiosos principios activos reduce muchísimo las alternativas de control químico. Otra estrategia posible es la incorporación del doble golpe (DKD)», agregó.
En este contexto, Aapresid recomienda:
- Monitorear los lotes con mayor frecuencia luego de la aplicación de estos activos con sospecha para detectar fallas de control y poder actuar en consecuencia, más aún en aquellos que se sembrarán con cultivos de invierno.
- En macollaje de trigo el monitoreo tiene que ser más activo y preciso, debido a la ventana de acción para controlar escapes o nacimientos.
- Si hay sospechas de resistencia a ALS y ya se ha aplicado un residual del mismo mecanismo de acción, no sería recomendable aplicar nuevamente un herbicida ALS.
Fuente: La Nación Campo.