La esperanza de concluir agosto con un alivio pluvial a la extraordinaria sequía una vez más no ha prosperado: «La grave faltante de agua se extiende como una gran mancha roja que cubre casi por completo el mapa de la zona núcleo», destaca un relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Los acumulados nuevamente parecen reafirmar la barrera invisible que divide al país en dos realidades bastantes distintas. Una incluye las provincias de Córdoba y Santa Fe y se extiende hacia el norte. Tanto este otoño como el invierno han constituido periodos de los más secos en mucho tiempo que combinados con severos enfriamientos promovieron un ambiente adverso para los cultivos.
«Este combo dejó atrás la proyección de una fina con importantes rendimientos, para enfrentar una realidad de cultivos que apenas sobreviven a la espera de una primavera salvadora», destaca la BCR.
La otra realidad es la que se extiende hacia el sur. Allí, de manera constante, en mayor o menor medida, ha capitalizado cada desarrollo pluvial. Esto ha permitido una excelente evolución de las siembras, que solo ha tenido algún inconveniente aislado por eventuales excesos de humedad y no por déficit. Ésta marcada diferencia parece cargar sobre el sur de la región pampeana la responsabilidad de salvar una campaña que, inicialmente, se proyectaba como récord y ya contabiliza perdidas impensadas.
Pesada carga si tomamos en cuenta que los pronósticos muestran pocas probabilidades de que se produzcan mejoras pluviales significativas sobre el noroeste, por lo menos hasta la segunda quincena de septiembre.
José Luis Aiello, Dr. en Cs. Atmosféricas, señala a la BCR que por el momento no hay indicadores, de escala regional o global, que permitan predecir aportes adicionales de agua a las zonas más necesitadas en la franja mediterránea y el norte argentino: «El enfriamiento sobre la zona central del Pacífico Ecuatorial se ha ido desplazando hacia las costas de Sudamérica y, si bien la condición actual todavía puede ser considerada como de neutralidad, la persistencia del enfriamiento comienza a afianzar un escenario Niña para el trimestre de primavera y posiblemente para lo que resta del año».
Al mismo tiempo «no aparecen, en el corto plazo, otros forzantes de importancia que puedan tener influencia directa en el régimen pluvial, como por ejemplo el Atlántico sur, que actualmente ya no presenta las anomalías cálidas de los últimos meses», concluye.
Tendencia climática para la primavera
El pronóstico climático de consenso del SMN prevé para el próximo trimestre una mayor probabilidad de registrar precipitaciones inferiores al valor normal en gran parte del país. Sólo sobre parte del centro (La Pampa y oeste de Buenos Aires) y sur de Patagonia se espera una mayor chance de normalidad.
Los efectos de “La Niña”
Hasta ahora, los pronósticos del ENOS (El niño-Oscilación del Sur) indican un 60% de probabilidad que se desarrolle una fase fría (LA NIÑA) durante la primavera. De desarrollarse esta fase, el pronóstico de precipitaciones no es alentador.
Esto nos indica que, para gran parte del norte y centro-este del país durante la fase fría del ENOS hay una mayor probabilidad de registrar una primavera seca.
Fuente: Agrofy news.