El impacto de la sequía no cesa y se hace sentir cada vez más en la economía argentina, sobre todo en el primer semestre del país. Según datos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), en la primera mitad de 2023 se recaudaron $571.395 millones de en concepto de Derechos a la Exportación (DEX), lo que implicó una caída del 10% por debajo del año pasado en pesos corrientes, pero que si se mide en dólares, el desplome alcanza el 50% en relación al mismo período del año pasado.
Como se dijo con anterioridad, el impacto de la falta de lluvias y demás inclemencias climáticas en el sector agropecuario fueron los principales responsables de esta situación, generando un desastre productivo que afecta de manera considerable a la exportación del agro. Así, Javier Treboux y Julio Calzada, economistas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) explicaron “la caída en las ventas externas de los complejos agroindustriales, segmento que representó 9 de cada 10 pesos que recaudó el Estado en DEX el año pasado, fue el factor fundamental de la merma”.
En esta línea, en los primeros seis meses de 2023, las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) disminuyeron de forma considerable entre los principales complejos: las ventas de aceite y harina de soja cayeron entre un 40 y un 45%, las ventas de maíz un 60%; y las ventas de trigo pasaron de 11,5 millones de toneladas en el primer semestre de 2022, a prácticamente cero, detallaron Treboux y Calzada.
“En un año en que la sequía le costó al país cerca del 40% de su producción granaria, el impacto económico de tamaña pérdida se siente no solo en el sector productor, sino que se disemina a lo largo de toda la economía. Los recursos aduaneros son una parte importante de la recaudación del Estado Nacional, sobre todo al considerar que son recursos que no se coparticipan entre las provincias, y representaron cerca del 8% de la recaudación total del 2022. El menor saldo exportable de la campaña generó un fuerte descenso en la recaudación en DEX, lo que viene atentando contra el objetivo de cerrar la brecha fiscal, una de las variables que contempla el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)”, completaron los especialistas.
Importación y “dólar agro”
Pero más allá de la merma en las exportaciones producto de una cosecha de granos que se derrumbó a casi la mitad de lo obtenido el año pasado en los primeros seis meses, existieron alicientes que permitieron “morigerar” esta situación, como lo fue la importación récord de soja y el “dólar agro”, que permitió a las industrias dotarse de mercadería.
Respecto al primer punto, Treboux y Calzada marcaron que “es importante destacar que las exportaciones del complejo soja tuvieron en esta campaña un mayor componente importado, debido a que las fábricas debieron recurrir en mayor medida a la mercadería de Paraguay y Brasil para compensar la falta del producto nacional. Esto es un punto clave, debido a que se importaron unas 5 millones de toneladas de soja en el semestre, récord absoluto, y los productos que se exportan a partir de la molienda de mercadería importada tributa DEX. solo sobre el valor agregado”.
“La caída en las ventas externas de los complejos agroindustriales, segmento que representó 9 de cada 10 pesos que recaudó el Estado en DEX el año pasado, fue el factor fundamental de la merma”.
En cuanto al segundo punto, uno de los efectos que tuvo la reinstauración del Programa de Incremento Exportador (PIE III), que estableció un tipo de cambio diferencial de $300 por dólar para el complejo sojero durante abril y mayo, que continúa para economías regionales hasta el 31 de agosto, fue apuntalar la recaudación por retenciones, a través del estímulo que generó para anotar ventas externas ante una mayor venta de soja o fijación de precios por parte de los productores en el mercado interno.
“Según nuestras estimaciones –considerando los complejos soja, girasol, cebada y sorgo durante el plazo de vigencia de la medida para cada uno de los cultivos– el impacto en recaudación por DEX de los complejos alcanzados fue de aproximadamente USD 1.130 millones. De esta forma, USD 1.060 millones estuvieron explicados por el complejo soja, con las ventas de cebada dejando USD 30 millones, monto similar a las ventas de girasol. El aporte del complejo sorgo se acercó a los USD 10 millones”, detalló la BCR.
Fuente: Infobae campo.