El año en curso será para el olvido para el complejo sojero argentino: lleva exportadas 11,27 millones de toneladas, la cifra más baja de las últimas 18 campañas. Si la comparación del volumen es con la campaña 2021/22 es 27% menor y es 37% inferior al promedio de las últimas cinco.
Los datos son del último informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y si se desagregan marcan: 32% de caída para exportaciones de poroto en comparación con la campaña anterior; 28% menos de harina y 17% abajo la de aceite.
La retracción en la exportación es consecuencia de la caída del 51,5% en la producción de soja en la campaña 22/23 respecto al ciclo anterior que, obviamente, afectó la molienda y la exportación de todo el complejo.
El reporte repasa que, desde el inicio de la campaña, la molienda de soja experimentó una constante caída tomando como referencia los ciclos anteriores. Hasta agosto, la cantidad total de soja procesada alcanzó los 14,1 millones de toneladas, ubicándose como la menor cifra acumulada de las últimas 17 campañas. Respecto de campaña 2021/22 la reducción fue del 25% y, en referencia al promedio de las últimas cinco, 26%.
Por ejemplo, en el caso del aceite de soja en agosto las exportaciones sumaron 260.125 millones de toneladas, 42,6% menos que un año atrás y 19,4% inferior que en julio. La harina sumó 1.481.610 toneladas, una reducción de 11,8% y 2,4% en comparación con el 2022 y con el mes anterior. Se exportaron 83.932 millones de toneladas de porotos, lo que implica una retracción de 74,78% y 108,9% en la comparación interanual e intermensual, respectivamente.
Desde este mes, para la molienda de soja, ya la Cámara Argentina de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) encendió luces de alerta. Hasta julio en el sector se habían importado 6,9 millones de toneladas del grano de países vecinos, volumen que duplica el del 2022.
La importación ayudó en parte a que las plantas industriales puedan seguir con la molienda. Según datos del Senasa, la Argentina importó 6,9 millones de toneladas de soja hasta el 31 de julio pasado. Desde Paraguay llegaron 3,52 millones de toneladas, de Brasil lo hicieron 3,37 millones de toneladas y de Bolivia arribaron 262.003 toneladas. Le dieron actividad a una industria donde la capacidad ociosa se acercó al 60%.
Gustavo Idígoras, titular de CIARA-CEC ya explicó a LA NACION que, en la práctica se perderon 30 millones de toneladas: “La capacidad [ociosa] ha crecido y va a seguir creciendo, sobre todo en los próximos meses. Septiembre, octubre, noviembre y diciembre van a ser fatales para la industria porque el faltante de soja va a ser muy grande; muchas líneas de producción van a quedar paralizadas”.
Gabriela Origlia
Fuente: La Nación Campo.