El lunes 29 de enero, los futuros de la soja en Chicago para marzo de 2024 cayeron por debajo del nivel psicológico clave de los $12, marcando un nuevo mínimo de siete meses en el proceso. Aunque se produjo una recuperación parcial en los días posteriores, el viernes 2 de febrero la cotización volvió a caer debido a la mayor fortaleza del dólar, estableciendo el próximo soporte en el rango de $11,70 a $11,75. Esta tendencia a la baja refleja complicaciones en el mercado de la soja debido a desequilibrios entre oferta y demanda.
En Sudamérica, las estimaciones de producción para Brasil probablemente se mantendrán estables o incluso podrían fortalecerse tras las recientes lluvias en las regiones de cultivo del norte, con perspectivas de mejoría gradual hacia el sur del país. Sin embargo, en Argentina, el estrés en los cultivos aumenta a medida que la soja entra en su período crítico. Los productores están muy preocupados y las próximas dos semanas serán determinantes para definir los rendimientos y cualquier cambio en las proyecciones de producción a nivel nacional.
Por otro lado, la dinámica comercial de la soja en Estados Unidos continúa siendo débil. Las ventas de exportación semanal estuvieron muy por debajo del rango esperado por los analistas, reflejando una demanda reducida por parte de China y el aumento de los fletes, que desfavorece la activación de la demanda. Además, el alto costo relativo de la soja estadounidense en comparación con la de Brasil ha generado conversaciones sobre la posibilidad de importaciones brasileñas en la costa este de Estados Unidos por parte de operadores avícolas. Estos factores combinados contribuyen a la presión bajista en el mercado de la soja y generan incertidumbre sobre su evolución futura.
Brasil y las primas
Las primas para los cargos de soja brasileña base CFR con destino a China han experimentado un debilitamiento significativo, alcanzando valores negativos por primera vez en esta campaña. Este fenómeno refleja una combinación de factores, incluyendo una cosecha de soja en Brasil que se anticipa abundante y más temprana que en años anteriores, junto con una demanda débil en China.
El exceso de oferta de soja en China ha mantenido altas existencias en el país, lo que, combinado con volúmenes comerciales bajos de harina de soja, sugiere una renuencia por parte de los compradores chinos a adquirir nuevas cargas de soja. Este escenario ha llevado a un debilitamiento de las primas CFR en Brasil, lo que indica una menor disposición a pagar un precio mayor por la soja brasileña.
Desafíos en Argentina
La situación climática en Argentina está generando preocupación entre los productores agrícolas, especialmente en las provincias de Buenos Aires y en la zona núcleo, donde la soja y el maíz están ingresando al período crítico de desarrollo para la campaña 2023/24. La falta de lluvias significativas se ha prolongado por más de 10 días, lo que está afectando el porcentaje de agua útil en el suelo y aumentando el riesgo de estrés hídrico en los cultivos.
El escenario se ve agravado por las olas de calor que están afectando a amplias regiones productivas. La combinación de calor extremo y sequía puede comprometer seriamente el potencial de rendimiento de la soja y el maíz, lo que plantea una situación crítica para los agricultores.
La ausencia de pronósticos favorables a corto plazo agrava la situación, ya que se espera que las condiciones climáticas desfavorables persistan en el futuro inmediato. En este contexto, la llegada de lluvias a comienzos de febrero se vuelve crucial para mitigar las pérdidas potenciales en el rendimiento de los cultivos y ayudar a mantener su salud y desarrollo adecuado.
Cotizaciones y China
El mercado de la soja está experimentando un período complicado, caracterizado por una caída de casi el 8 por ciento en las cotizaciones desde el comienzo del año. Uno de los principales factores que contribuyen a esta situación es la disminución en la demanda de importación de China, combinada con altos niveles de stocks de harina de soja en las industrias del país asiático. Esta tendencia ha sorprendido al mercado, especialmente esta semana, con las bajas ventas de exportación de soja estadounidense.
En Brasil, la cosecha está ocurriendo antes de lo esperado, lo que ha llevado a los productores a mostrar reticencia a vender su soja. Además, se anticipa una buena cosecha en Argentina, aunque ha surgido una preocupación reciente debido al aumento de la prima de riesgo climático. Si no se producen lluvias suficientes en las próximas semanas, la situación podría empeorar, lo que podría resultar en una sorpresa para el mercado.
Por el momento, no se observan factores alcistas significativos en el horizonte, lo que sugiere que los precios podrían continuar cayendo, posiblemente hasta alcanzar los $11. Es importante recordar que China también juega un papel especulativo en el mercado, buscando aprovechar precios más bajos para sus compras. En este contexto, la incertidumbre prevalece en el mercado de la soja, con la necesidad de monitorear de cerca la evolución de la demanda china y las condiciones climáticas en Sudamérica para anticipar los movimientos futuros del mercado.
En resumen, se espera una actualización de oferta y demanda del USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) el 8 de febrero, con posibles ajustes en los balances de Estados Unidos y el mundo, aunque no es común que ocurran ajustes importantes en febrero. Y también se siguen vigilando las cuestiones geopolíticas y en particular la situación en el Mar Rojo, que afecta el comercio de granos en Europa y el Mar Negro.
Por Esteban Moscariello – DRC
Fuente: Clarín Rural.