Atrás quedó el rally alcista de mayo impulsado por las adversas condiciones ambientales que afectaron los cultivos rusos y que pusieron a los privados a recalcular sus estimaciones. Ahora el trigo se encuentra en una secuencia bajista que el viernes sumó la tercera semana negativa seguida en el mercado estadounidense y que hoy agregó una rueda más con las pizarras en rojo. Las razones del súbito cambio de tendencia son el acelerado ritmo de la cosecha de las variedades de invierno en Estados Unidos y las perspectivas favorables para el resultado de la campaña en dicho país.
Con esos fundamentos ejerciendo presión, la posición julio del trigo en Chicago y en Kansas bajó hoy US$3,51 y 1,76, al pasar de 217,34 a 213,83 y de 222,48 a 220,72 dólares por tonelada. Desde el cierre del martes 28 de mayo último, rueda que marcó el fin de la bonanza de los precios, el contrato citado perdió un 16,9 y un 17,8% de su valor, desde los 257,27 y los 268,66 dólares vigentes entonces, respectivamente.
Durante buena parte del ciclo agrícola de los trigos de invierno estadounidenses, que son los que aportan casi el 70% de la oferta total del grano fino, las plantas mostraron un buen estado general. Esto fue ratificado el miércoles pasado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), que en su informe mensual de estimaciones agrícolas elevó de 50,56 a 51,02 millones de toneladas su cálculo sobre el volumen de la producción 2024/2025, contra los 49,31 millones de la campaña anterior.
Y ayer, con su reporte semanal de cultivos, el propio organismo sumó combustible bajista al mercado al relevar el avance de la recolección de los trigos de invierno sobre el 27% del área apta, frente al 12% de la semana anterior; al 13% de igual momento de 2013; al 14% promedio de las cinco campañas precedente, y al 22% previsto en promedio por los privados. Según el organismo, en Kansas, que es el principal productor, ya se levantó el 28% del trigo, contra el 6% del año pasado para la misma fecha. En cuanto a la condición de las plantas, elevó del 47 al 49% la proporción en estado bueno/excelente, frente al 38% de 2023 y al 46% estimado por los operadores.
Desde lo agronómico el USDA también dejó buenas noticias para el trigo de primavera que, con la siembra recién terminada, refleja un muy buen estado. En efecto, el organismo elevó del 72 al 76% la proporción de plantas en estado bueno/excelente, un dato que se alejó del 51% vigente un año atrás y que contrastó con el 71% previsto por los privados.
Al efecto coyuntural bajista de la cosecha estadounidense el mercado le agregó la falta de novedades sobre la chance de que la India deba importar trigo y la mejora en las condiciones ambientales en Australia, donde preocupaba la falta de humedad en algunos de los Estados productores del país que, junto con la Argentina, ingresan grano nuevo en el circuito comercial hacia finales de año.
Además, incluso con los recortes hechos por los privados, también comenzó a presionar sobre el mercado el arranque de la cosecha en países clave para la oferta, como Rusia y Ucrania, cuyo ciclo comercial 2024/2025 se inicia formalmente el 1º de julio. En el primero de ellos los rendimientos están resultando mejores que los esperados tras la sequía y las heladas tardías, pero los especialistas advierten que los resultados iniciales pueden ser engañosos, por lo que habrá que esperar por datos más representativos en el nivel país.
Cabe tener en cuenta que el miércoles pasado el USDA redujo de 88 a 83 millones de toneladas su estimación sobre la producción de trigo en Rusia y de 52 a 48 millones el cálculo sobre sus exportaciones. En cuanto a Ucrania, el organismo ajustó sus proyecciones de cosecha y de ventas de 21 a 19,50 y de 14 a 13 millones de toneladas, respectivamente.
Mercado argentino
También el mercado argentino de trigo parece haber dejado atrás la tendencia alcista que durante el mes pasado alentó a muchos productores a incluir el cereal en su programa de siembras. Las pizarras del Matba Rofex reflejaron hoy bajas de US$2 y de 1 sobre los contratos julio y diciembre, cuyos ajustes resultaron de 250 y de 226 dólares por tonelada. Desde el cierre del 28 de mayo último estos contratos perdieron un 10,2 y un 10,7% en la comparación con los 278,50 y con los 253 dólares vigentes entonces.
En estos quebrantos viene siendo tan relevantes la tónica externa como las buenas perspectivas domésticas, sobre todo luego de que la Bolsa de Comercio de Rosario proyectó el miércoles pasado la intención de siembra de trigo 2024/2025 en 6,9 millones de hectáreas que, según sus propios cálculos, implicarían un incremento entre campañas del 25,5%, contra los 5,5 millones del ciclo 2023/2024.
“Con el nivel de tecnología que se aplicaría este año y si el clima no juega en contra del cultivo, la cosecha de trigo podría superar los 21 millones de toneladas. De materializarse, se constituiría en la segunda cosecha más importante para la historia del cereal”, dijo la entidad, en referencia al antecedente récord de 23 millones de toneladas recolectados en la campaña 2021/2022.
Dante Rofi
Fuente: La Nación Campo