Esta semana se confirmó un cambio de tendencia en los precios de la hacienda que era esperado por toda la cadena ganadera. En el mercado de invernada todas las categorías mostraron subas. Los terneros de 130/220 kilos alcanzaron máximos de 700 pesos por kilo, los novillitos llegaron a 650 pesos por kilo, las vaquillonas preñadas alcanzaron picos de 240.000 pesos y las vacas con cría los 140.000 pesos. Mientras tanto en el Mercado de Cañuelas, el viernes se pagó hasta 682 pesos por kilo por novillos de 490 kilos, 700 pesos por kilo por novillitos livianos y 400 pesos por las vacas.
La suba en las últimas semanas acumula un 25 por ciento, muy superior a una inflación general en torno al 8 por ciento. Según explicó el analista del mercado ganadero Ignacio Iriarte, se trata de un fenómeno esperado por una cuestión de estacionalidad, pero que se potenció y se adelantó por la incertidumbre generada por el Gobierno al querer restringir la oferta e intervenir el mercado de maíz.
Todavía, a pesar del cambio de tendencia, sigue habiendo una oferta de hacienda importante porque hay muchas regiones a las que aun no volvió la humedad, y los corrales venían bastante cargados. La venta de terneros en lo que va del año es 7 por ciento mayor que en el mismo periodo del año pasado. Pero el mercado empezó a mostrar otras señales.
De esta manera, tras un semestre de precios de la hacienda muy retrasados respecto de la inflación, inicia ahora un proceso que según Iriarte debería ser sostenido.
“Se está dando unos 30 días antes de lo esperado y es por causa del Gobierno. Había sobreoferta, la demanda de China ya no tracciona tanto, pero ahora empezó a caer la oferta y ese es el factor fundamental”, explicó el analista.
El Rosgan en un informe también reflejó el efecto del dólar maíz en los precios de la hacienda, y detalló que la semana pasada, con una pizarra de maíz 25 por ciento más cara y con una notable disminución de los arribos de hacienda al mercado, comenzó a registrarse una recuperación general de valores en varias categorías.
Esa baja en la oferta debería hacerse más pronunciada en los próximos meses si se confirma la llegada de lluvias en la primavera. “Lo que vamos a medir todo el tiempo es la caída de oferta, por razones estacionales y porque se va a revertir el ciclo ganadero en cuanto lleguen las lluvias sostenidas, que se esperan a partir de septiembre”, dijo.
En lo inmediato, detalló que el sector feedlotero ya está reponiendo mucho menos que lo que está vendiendo debido a que la invernada y el maíz aumentaron y empeoró la relación compra venta de los corrales. Entonces, la faena que en los últimos meses se ubicó en torno a las 1.300.000 cabezas debería bajar al orden de las 1.100.000. ¿Cómo le va a pegar al mercado en los próximos meses que haya 200.000 cabezas menos en faena? Se preguntó Iriarte.
La respuesta es evidente, la suba ya la venían anticipando todos los analistas y es de esperar que en cuanto empiece a haber pasto crezca aun más la demanda de terneros y se acentúe un proceso de retención de animales por parte de los productores, que necesitan recuperar los stocks que perdieron en estos años de sequía.
La baja en el volumen de oferta, según detalló Iriarte, se da especialmente en las vacas y novillos, pero pronto llegará a novillitos y vaquillonas.
Según afirmaron desde el Rosgan en su análisis semanal, «en adelante se espera que, tras esta corrección de valores, el mercado presionará fuerte para lograr trasladar estas subas al mostrador, aun sabiendo de la dificultad que esto presenta por la débil situación que enfrenta el consumo».
Fuente: Clarín Rural.