El Gobierno y la necesidad de dólares: ¿cuántos granos quedan aún por comercializar en el país?

Más allá del resultado de la primera vuelta electoral, el Gobierno sigue necesitando con urgencia el ingreso de dólares, para reforzar las alicaídas reservas internacionales. Por eso puso en marcha una nueva edición del Programa de Incremento Exportador (PIE) hasta el 17 de noviembre, ya no solamente para los granos, sino para todas las exportaciones del país.

El ejecutivo dió así continuidad (con cambios menores en el sistema de liquidación) a un programa en que el único aportante solía ser el campo. Ya hubo cinco ediciones del PIE, más comúnmente llamado “dólar soja”, “dólar agro” o “dólar maíz”, en los que se liquidaron de divisas en torno a los USD 21.000 millones teniendo en cuenta estimaciones de liquidación del último programa (entre USD 2.200 y USD 2.600 millones), en un contexto donde la oferta de granos se vio fuertemente afectada por la sequía.

Si bien hoy el PIE está abierto a todos los complejos exportadores, el agro sigue siendo la principal cadena productiva y económica del país por capacidad de aporte. Considerando los resultados de la extensión del último “dólar soja”, finalizado el 25 de octubre, se espera que esta vez el aporte no sea de magnitud: la comercialización de los granos durante octubre cayó un 85% respecto a septiembre.

Según fuentes privadas consultadas por Infobae, en los seis principales cultivos (soja, maíz, trigo, girasol, sorgo y cebada) restan poner precio a 9,1 millones de toneladas y comercializar 14,4 millones de toneladas de granos de la campaña 2022/23, lo que representaría a valor FOB unos USD 7.800 millones.

Así, según el detalle aportado, en cuanto a soja resta ponerle precio a 3 millones de toneladas y comerciar 2,7 millones de toneladas, por un total estimado de USD 2.943 millones y en el maíz resta ponerle precio a 3,5 millones de toneladas y que los productores vendan unos 8,3 millones de toneladas, por un valor total por USD 2.848 millones.

En el caso de los demás cultivos, en cebada entre fijación de precios y mercadería disponible hay 500.000 toneladas por USD 135 millones); en girasol unas 1,9 millones de toneladas por 837 millones, en sorgo 2,1 millones de toneladas por 605 millones) y en trigo solo quedan 1,6 millones de toneladas por un precio que arrimaría unos USD 509 millones).

Precios
Según explicó el analista de mercados de la corredora de granos Grassi, Juan Manuel Uberti, el nuevo esquema cambiario del PIE, que el 70% de las liquidaciones se deben hacer al tipo de cambio oficial ($350) y en un 30% a la cotización del dólar CCL, da un tipo de cambio de entre $500 y $550 por dólar.

Esto generó una “mejoría automática en los precios disponibles de los granos. En base a la capacidad teórica de pago del sector exportador, el nuevo tipo de cambio incrementó los precios de los productos en pesos. El cambio en la composición del dólar exportador, generaba avances de 8% para la soja en pesos, que ya estaba junto al sorgo, el girasol y la cebada bajo el esquema 75%-25% anterior. En tanto, los precios del maíz y el trigo ascendieron en torno a 17% y 25% respectivamente en pesos, al quedar bajo el nuevo esquema”.

Sobre el potencial de ventas y generación de divisas Uberti sostuvo que las mayores posibilidades vendrían del lado del maíz. “En soja aún quedan algo así como 4,8 millones de toneladas sin comercializar y otras 3 millones por poner precio. En el caso del maíz aún restan por negociarse unas 6,2 millones de toneladas más otras 4 millones pendientes de fijación. Por lo tanto, hay mayor volumen del cereal, que podría ser el producto elegido para hacer caja y el productor naturalmente tiende a guardar soja como ahorro o moneda de cambio”, detalló.

Según cálculos del especialista, el valor en dólares del volumen de maíz pendiente de vender sería cercano a USD 2.400 millones, mientras que en soja equivale USD 4.000 millones.

El presidente de la consultora Agritrend, Gustavo López, puntualizó por su parte que en maíz quedan por comercializar cerca de 5 millones de toneladas, lo cual implica de un valor de entre USD 1.000 y USD 1.100 millones y en sorgo “hay unas 200.000 toneladas, por entre USD 50 y USD 60 millones, en cebada quedarán unos USD 100 millones y unos USD 150 millones en girasol”.

“El gran aporte es siempre de la soja. Hoy las ventas totales fueron 15,7 millones de toneladas de una cosecha de 22 millones de toneladas. Hay 3,5 millones de toneladas que restan por vender a lo que hay que sumarle lo que no tiene precio. Así, la oferta, como máximo, llega a 6 millones de toneladas, que a precios actuales, son USD 3.500 millones”, dijo López.

Comercialización
No obstante la mejora en los precios, la comercialización de los diferentes granos fue casi ínfima. En este sentido, Uberti sostuvo que “en estos primeros días de vigencia (del PIE), no se negoció demasiado volumen. Compradores manifestaban falta de claridad en ciertos aspectos de las nuevas medidas y el mercado se cargaba de incertidumbre respecto del escenario político, dificultando la intención de ventas. Por otra parte, en el mercado a término reflejaba el impacto de las nuevas medidas y las posiciones futuras más cercanas operaban con ascensos y con muchísima volatilidad”.

Si bien hoy el PIE está abierto a todos los complejos exportadores, se espera que el agro, siendo la principal cadena productiva y económica del país haga un nuevo aporte
Por su parte, Lopéz marcó que “hoy en día, en este marco donde hay una variabilidad (cambiaria) muy grande, dónde está bajando el CCL, se encuentra que muchos productores están remisos para vender. No se sabe quién va a ganar las elecciones, qué va a pasar, si va a haber un cambio en retenciones, qué va a pasar con el tipo de cambio. Entonces, no parecería que vaya a haber un ritmo de ventas mucho más grande”.

En este sentido, López remarcó que en los últimos días “se comercializaron 30.000 toneladas de soja, cuando se venían vendiendo mucho más. En maíz estamos hablando de 120.000 toneladas, en girasol no llega a 20.000, sorgo en 3.000 y cebada 4.000 toneladas. Así, el productor no tiene incentivos tan claros como para vender y prefiere esperar a ver qué va a pasar en las elecciones y se queda con su grano como su resguardo de valor”.

Fuente: Infobae campo.