Falsa voluntad de diálogo

COMUNICADO DE PRENSA

En la semana que pasó, gracias a una falla técnica o error humano, nuestro gobernador Juan
Manzur mostró las cartas del gobierno del Frente de Todos al ser víctima de un micrófono
abierto: “Pongamos a alguien que los escuche y después hacemos lo que queremos” fue la
frase que expresó el Mandatario, ante lo cual la Ministra Frederic reaccionó con risas, en un
fracasado intento de que las palabras del Gobernador fuesen tomadas en broma.
Lo ocurrido en el marco de la inauguración del Consejo de Seguridad Interior, que nos hizo
poner colorados a los Tucumanos y que en cualquier lugar serio del mundo hubiese derivado
en un pedido de renuncia al Gobernador, representa el ADN del gobierno del Frente de Todos.
Testimonio podemos dar los productores con lo que nos pasa con el Ministro Luis Basterra, un
funcionario que nos escucha, nos entiende y ceba ricos mates, mientras el poder ejecutivo nos
aumenta los derechos de exportación y logra que el congreso le autorice a aumentarlos un 3%
más que, ante un contexto internacional de precios deprimidos y caída estrepitosa de la
rentabilidad, nos deja a los productores del norte “game over”.
En igual sentido pueden interpretarse las palabras del presidente Alberto Fernández:
“Sabemos que hemos cometido errores de los cuales hemos aprendido, errores que jamás
volveremos a cometer” claramente entendieron que quizás, lo que más irritó a los productores
y exacerbó el conflicto del 2008, fue que a la injusticia y desigualdad que significaba el sistema
de retenciones móviles, se sumó el maltrato hacia el sector. La negativa al diálogo y frases
como: “Los piquetes de la abundancia”, “La soja es un yuyo” o “Los oligarcas de las 4×4”, que
empujaron a los productores de a miles hacia las rutas. Por el contrario, la actitud de apertura
al diálogo actual y un perfil moderado, muestra que han aprendido de los errores del pasado.
Esta estrategia pudo dar resultados por un tiempo, pero los productores no comemos vidrio,
los tiempos de diálogo están prácticamente agotados, salvo que el gobierno reaccione sobre la
hora y tenga un gesto hacia el sector, ya no de sentarse a dialogar, sino de tomar alguna
medida que disminuya la presión impositiva del agro.
Están esperando la cosecha, como al Mesías, los productores lo sabemos y estamos
dispuestos a defenderla, como lo hicimos en alguna oportunidad.