Las lluvias de febrero pasado frenaron la caída en la producción de soja, según destacó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que subió en 500.000 toneladas la proyección para la oleaginosa: se recolectarán 50 millones de toneladas.
En tanto, la situación es diferente en el caso del maíz, donde la entidad mantuvo la estimación de 57 millones de toneladas. Respecto de este cereal, alertó sobre un “inédito ataque” de spiroplasma sobre al cereal sembrado en forma tardía. Según indicó, la enfermedad transmitida por la chicharrita, y típica del norte, llegó a Córdoba y Santa Fe con “fuertes daños”. Por este ataque, la BCR podría recortar la producción.
Para la BCR, tras el bloqueo seco de mediados de enero el Niño volvió a imponerse en febrero y principios de marzo. Hubo lluvias que “pusieron un piso a los rindes, mejoraron las condiciones de llenado de las sojas de primera”. Mientras que en sojas de segunda, “si bien tuvieron un gran impacto en la recuperación, es una recuperación que en términos productivos es limitada, ya que venían muy afectadas”.
Pese a las precipitaciones, algunas zonas siguen sin recuperarse: el centro este, nordeste y sudoeste bonaerense, el centro de Córdoba, San Luis y gran parte del área productiva de Chaco y Santiago del Estero.
“El cambio llegó tarde: la ola de calor se impuso sobre la condición de la oleaginosa, arrebatando la posibilidad que había de alcanzar una supercosecha de 55 millones de toneladas”, indicó. Vale recordar que, por los efectos de las últimas temperaturas de enero, el mes pasado la BCR había recortado la proyección de producción de soja en 2,5 millones de toneladas y la de maíz en 2 millones de toneladas.
La BCR informó que el rinde nacional en soja alcanzó una “pequeña mejora”, pasando en marzo a 30,2 quintales por hectárea, apenas 0,3 quintales más que en el informe anterior. El número de hectáreas pérdidas sigue en 750.000 hectáreas.
Respecto del maíz, en la zona núcleo los rindes comenzaron con valores alrededor de los 100 quintales por hectárea, por debajo de las expectativas iniciales de 110 a 120 quintales por hectárea para los maíces tempranos. Según destacó, lo que más preocupa en la región central y que “encendió todas las alarmas”, particularmente en Córdoba y Santa Fe, es el daño observado por el spiroplasma en los maíces tardíos, una enfermedad transmitida por la chicharrita.
“Si bien esta enfermedad es típica del norte del país, este año por condiciones de clima (falta de agua y calor), la forma escalonada en la que se ha sembrado y el aumento en hectareaje del maíz tardío, la plaga muestra un crecimiento poblacional y una cobertura que no había sido antes vista. Cuando parecía que las tandas de maíces tardíos, los sembrados del 10 al 15 de diciembre en adelante, estaban mejorando su performance productiva en Córdoba y Santa Fe, se multiplicaron en las últimas semanas los comentarios de técnicos alertando por el fuerte impacto y el daño observado por este problema”, alertó la entidad.
Esta enfermedad causó estragos en los cultivos del centro de Santa Fe con pérdidas estimadas entre el 70 y 80%. Incluso, en zonas como López y Gálvez se prevén lotes que no serán cosechados.
El impacto varía según la zona, fechas de siembra y variedades de los cultivos. En Santiago del Estero la situación no es mejor, con lotes ya considerados perdidos y daños que alcanzan hasta el 50%. En Chaco, la incertidumbre persiste, ya que los daños pueden manifestarse hasta 120 días después del ataque, lo que genera preocupación entre los productores y técnicos.
“Lamentablemente, la gravedad de la situación parece indicar que se está ante un nuevo recorte de la producción maicera argentina. Mientras tanto, se siguen manteniendo los guarismos de febrero: un rinde de 76,9 quintales por hectárea a nivel nacional y una estimación de 57 millones para la producción de maíz 2023/24. Sin cambios en el hectareaje implantado, se mantiene una superficie de siembra a 8,61 millones de hectáreas de la que se descuenta 1,2 millones para dar con la superficie destinada a grano comercial”, concluyó la entidad
Fuente: La