El efecto combinado de los derechos de exportación (33% del valor FOB) y las “retenciones cambiarias” (producto de la intervención del tipo de cambio oficial) está a un paso de llevarse la mitad del valor de la soja percibido por los productores argentinos.
Mientras que en el comienzo de la campaña comercial de la soja argentina 2023/24 la brecha entre el precio vigente versus el real (libre de la doble retención) era del orden del 50%, este jueves la brecha se ubicó en el 95%.
Mientras que el precio de referencia de la soja Rosario disponible negociado en el Matba Rofex se ubicó este jueves en 282.000 $/tonelada, ese mismo precio libre de la “doble retención” es del orden de 552.100 $/tonelada.
Si bien las distorsiones cambiarias son extremadamente difíciles de solucionar debido al descalabro macroeconómico generado por el gobierno de Alberto Fernández, el impacto de los impuestos distorsivos –como es el caso de los derechos de exportación– se hace muy pesado en un contexto de baja de precios internacionales de los granos.
Por otra parte, el presidente de Javier Milei manifestó en reiteradas oportunidades que no considera apropiado aplicar derechos de exportación y que tiene planes para eliminar tales tributos, aunque por el momento parece privilegiar los intereses del Estado en desmedro del sector privado.
Lo que está sucediendo en estos días ciertamente no es nuevo porque fue una situación recurrente en los diferentes gobiernos kirchneristas. Lo nuevo es que se registre en un gobierno que se autodenomina como “libertario”.
La extracción generada por el efecto combinado de ambas retenciones contribuye a demorar decisiones de venta y, por lo tanto, promueve un menor flujo de recursos en la cadena agroindustrial y una lentificación del proceso de ingreso de divisas a la economía.
Por Valor soja
Fuente: Bichos de campo