La Niña: se desinfla por ahora un temido fenómeno e irrumpe un dato alentador para dos meses críticos

Las precipitaciones para diciembre, enero y febrero tienen más de un 40% de probabilidades de ubicarse dentro de lo normal en una importante región productora de la región pampeana. Se trata de Buenos Aires, Córdoba, el oeste de Santa Fe, La Pampa y el este de San Luis, según el informe trimestral del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Para comparar, en un anterior reporte, para noviembre, diciembre y enero el organismo hablaba de precipitaciones normales o inferiores a lo normal para una amplia región que incluía a esos lugares, entre otros.

Según el nuevo documento del SMN, para el trimestre diciembre, enero y febrero se aguardan precipitaciones inferiores a la normal sobre el oeste y sur de Patagonia. La condición sería normal o inferior a la normal hacia el este de Patagonia. Y normal sobre lo antes destacado: La Pampa, Buenos Aires, Córdoba, este de San Luis y oeste de Santa Fe. En tanto, la previsión es de normal o superior a la normal para gran parte del NOA y Cuyo. Vale recordar que enero y febrero son meses críticos en la definición de la productividad de cultivos como la soja y el maíz.

Luego, en el informe se observa una importante región en blanco, esto es sobre el Litoral y NEA que indica que “no hay una categoría con mayor probabilidad de ocurrencia”.

“Esta previsión debe ser considerada sobre el valor medio del trimestre. Dada la época del año sumado a la baja señal de forzantes de gran escala (El Niño/ La Niña) se espera que continúen predominando las oscilaciones de menor escala (subestacionales y sinópticas), lo cual puede favorecer tanto períodos y/o áreas de eventos de precipitación más intensa que lo normal, como de escasas lluvias”, apuntó en una nota aclaratoria el informe.

El SMN también dio a conocer su proyección para las temperaturas. En este caso precisó que se esperan temperaturas normales o superiores a la normal sobre el norte del Litoral y el sur de Patagonia. Por su parte serían superiores a la normal sobre todo el resto del país.

Por su parte, hoy, en un informe, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) realizó una valoración positiva de las precipitaciones del fin de semana, que trajeron alivio para la región núcleo y reactivación de la siembra de soja.

“Durante el fin de semana, lluvias generalizadas trajeron alivio a gran parte de la zona núcleo, donde los acumulados más significativos se registraron en el centro-norte y oeste de la región. Localidades cordobesas como Hernando recibieron 90 milímetros; Noetinger, 68 milímetros; e Irigoyen 52 milímetros. En el centro-sur santafesino, Clason reportó 44 milímetros, mientras que más al sur, en Bigand, las lluvias apenas alcanzaron los 20 milímetros. En contraste, el noroeste bonaerense prácticamente no registró precipitaciones. Fuera de la región núcleo, Rafaela marcó 91 milímetros y Sunchales sorprendió con un acumulado de 144 milímetros”, indicaron en la entidad rosarina.

En detalle, en el informe publicado el jueves pasado por la BCR, se había sembrado el 93% de la soja de primera, pero aún restaban por completar 300.000 hectáreas, además de un avance más significativo sobre la soja de segunda, cuya implantación recién había comenzado de manera incipiente en algunos sectores.

“Con este aporte hídrico, se espera que las labores de siembra se reactiven en los próximos días, especialmente en áreas que venían enfrentando condiciones de humedad limitada. Las lluvias pronosticadas hasta el miércoles podrían consolidar estas mejoras, permitiendo completar la soja de primera y avanzar sobre una mayor proporción de soja de segunda. Sin embargo, el sur de la región y sectores del noroeste bonaerense aún requieren más agua para alcanzar una condición óptima”, dijo Poeta.

En este contexto, indicó que el impacto de las lluvias también beneficia al trigo, que ya mostraba buenos rendimientos en el informe anterior. En zonas como el sudeste cordobés y el centro-sur santafesino, donde las cosechadoras reportaban rindes positivos en trigo, “el agua caída asegura además mejores perspectivas para los cultivos en desarrollo, como el maíz temprano; el clima sigue siendo un factor determinante en una campaña agrícola que combina resultados alentadores con desafíos regionales”.

Fuente: La Nación Campo