Por efectos en la salud humana, piden reemplazar los antibióticos promotores del crecimiento en la ganadería

La resistencia antimicrobiana representa una amenaza para la medicina moderna. En las últimas tres décadas se han detectado más de 30 nuevos agentes patógenos humanos, el 75% de los cuales tiene su origen en animales. Sin antibióticos efectivos, volveríamos a una era en la que las infecciones comunes serían potencialmente mortales. Evitar el uso de antibióticos promotores del crecimiento en animales es una medida esencial para preservar la eficacia de los tratamientos actuales. Cada acción cuenta en la lucha contra esta ‘pandemia silenciosa’.

En el marco de la Semana Mundial de Concientización sobre la Resistencia Antimicrobiana, la comunidad científica, sectores de la salud y la industria agropecuaria intensificaron la sugerencia “urgente” hacia prácticas sostenibles en la producción de alimentos. Frente a esta crisis silenciosa que amenaza la salud pública global, la eliminación de los antibióticos promotores del crecimiento (APC) en la alimentación animal se destaca como una medida clave para frenar la propagación de microorganismos resistentes, según estudios recientes publicados en The Lancet y otros importantes medios científicos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, si no se toman acciones urgentes, la resistencia antimicrobiana podría provocar 10 millones de muertes anuales para 2050, superando las cifras actuales de cáncer y otras enfermedades crónicas. El uso de antibióticos en animales destinados al consumo humano es una de las principales fuentes de este problema.

La RAM ocurre cuando los microorganismos se vuelven resistentes a los medicamentos diseñados para eliminarlos. De acuerdo con un estudio publicado en The Lancet, en 2019 se registraron casi 1,7 millones de muertes directamente atribuibles a la RAM, superando al sida y la malaria.

En nuestro país, la Mesa Argentina de Carne Sustentable (MACS) es una asociación que nuclea organizaciones, empresas y entidades que buscan promocionar la mejora continua de la cadena de carne argentina.

Actualmente, la MACS cuenta con más de 50 miembros, que componen la cadena de valor de la carne vacuna, desde su producción hasta su comercialización. Su compromiso es impulsar una producción responsable y sustentable para balancear los impactos sociales, económicos y ambientales.

“La resistencia a los antimicrobianos se ha convertido en una de las mayores amenazas para la salud pública a nivel mundial. Esta problemática surge cuando las bacterias, virus, hongos y parásitos evolucionan y desarrollan mecanismos para resistir los efectos de los medicamentos diseñados para eliminarlos. En consecuencia, infecciones que antes se trataban de manera efectiva con antimicrobianos comunes, como los antibióticos, se tornan difíciles de manejar, prolongando las enfermedades y aumentando el riesgo de complicaciones graves o incluso la muerte”, sostiene Cecilia Ezcurra, jefe de Servicio de Infectología, Epidemiología del Hospital Alemán, miembro de la Comisión de Uso Adecuado de Recursos de la Sociedad Argentina de Infectología.

“En el ámbito veterinario y agrícola, la utilización indiscriminada de antibióticos para promover el crecimiento de animales o prevenir infecciones también contribuye a la diseminación de bacterias resistentes. Combatir la resistencia a los antimicrobianos requiere de un enfoque integral y colaborativo, conocido como «Una sola salud», que aborda la salud humana, animal y ambiental de manera conjunta”, agregó Ezcurra.

Por eso, es esencial que tanto el sector agropecuario como el consumidor final comprendan el impacto de la resistencia antimicrobiana en el sistema de salud mundial. Este cambio de paradigma no solo es una responsabilidad del sector, sino una oportunidad para liderar el cambio hacia prácticas más seguras, sostenibles y responsables.

«La producción de carne libre de APC es esencial para el futuro de nuestra industria y la salud pública global. Hoy, más que nunca, tenemos la oportunidad de adoptar un modelo sostenible en la producción de nuestra carne en mercados locales e internacionales”, indicó el médico veterinario Leopoldo Estol, diplomado en Salud Pública, director ejecutivo de la MACS (Mesa Argentina de Carne Sustentable).

“El mal uso, el abuso y el sobre uso de agentes ATMs en medicina veterinaria (como pobre adherencia a los tratamientos crónicos, uso como promotores de crecimiento, tratamientos “sabana” profilácticos, uso errático del concepto de metafilaxis, utilización en enfermedades virales, etc.), y medicina humana son conductores que llevan al desarrollo de RAM y que nos enfrenta a las puertas de la “era post antibiótica””, remarca el doctor Sergio F. Sánchez Bruni, profesor titular de Farmacología, investigador principal de CONICET, representante de CONICET ante la Comisión Nacional contra la Resistencia Antimicrobiana (CoNaCRA).

La producción animal y la urgencia de cambiar el paradigma
El uso de APC en ganadería genera bacterias resistentes que pueden transmitirse a los seres humanos a través de la cadena alimentaria, afectando la eficacia de los tratamientos médicos. Esta práctica no solo representa un riesgo para la salud humana, sino que también tiene impactos ambientales adversos al contaminar el suelo y el agua con residuos antimicrobianos, lo que altera los ecosistemas y genera un círculo vicioso de resistencia.

El 70% del consumo de antibióticos a nivel mundial se usa en producción animal y no para prevenir o curar enfermedades, sino para acelerar el crecimiento y/o la producción. El 70% del consumo de antibióticos a nivel mundial se usa en producción animal y no para prevenir o curar enfermedades, sino para acelerar el crecimiento y/o la producción.
Diversos estudios demuestran que una alimentación sin APC no solo beneficia la salud animal, sino que también mejora la productividad. Según datos recientes, las alternativas naturales ayudan a controlar enfermedades en el feedlot, mejoran la digestibilidad de los alimentos, y reducen la incidencia de problemas como la acidosis, lo que resulta en una producción de carne de mayor calidad y con menor impacto ambiental.

La eliminación de los antibióticos promotores del crecimiento ha sido implementada con éxito en diversas regiones del mundo, demostrando que la transición hacia modelos sostenibles es posible y beneficiosa. Países como Países Bajos, Suecia y Dinamarca han liderado el cambio hacia una producción ganadera sin APC, logrando mantener la salud animal a través de alternativas naturales como polifenoles, probióticos y aceites esenciales. En Estados Unidos, los APC solo están permitidos bajo prescripción veterinaria, en la Unión Europea están prohibidos hace más de una década y China está implementando reformas para reducir su uso en respuesta a las preocupaciones de salud pública. Estos países han visto mejoras en la salud animal y un acceso privilegiado a mercados premium, donde la demanda de productos sin antibióticos continúa en aumento.

Enfoques para prevenir una pandemia silenciosa: colaboración multisectorial
La lucha contra la resistencia a los antimicrobianos requiere un enfoque integral que involucre a diversos sectores. La vacunación es fundamental para reducir la incidencia de infecciones y, por lo tanto, la necesidad de antibióticos. Junto a esto, el uso apropiado de medicamentos bajo supervisión médica evita el mal uso y abuso de antimicrobianos en tratamientos humanos. En el sector agropecuario, la transición hacia una alimentación animal sin antibióticos promotores del crecimiento (APC) es crucial para reducir la propagación de bacterias resistentes. También es necesario mejorar la bioseguridad en las granjas, la higiene en la producción y el manejo del agua. Este abordaje colaborativo no solo protege la salud humana y animal, sino que también garantiza la sostenibilidad del medio ambiente y la seguridad alimentaria.

El lema de la Semana Mundial de Concientización sobre la RAM 2024, “Eduquemos. Promovamos. Actuemos ahora”, recuerda la urgencia de adoptar medidas concretas y responsables para mitigar los efectos de esta amenaza global. Adoptar alternativas a los APC en la ganadería es un paso crucial para reducir la RAM y proteger la salud de las futuras generaciones.

Fuente: Clarín