Llegaría con una potencia nada despreciable a su punto de mayor plenitud, a partir de la próxima primavera, y nos acompañaría hasta bien entrado 2024. Cimentaría la idea de una abultada producción de soja y maíz en Sudamérica y Estados Unidos.
Llegaría con una potencia nada despreciable a su punto de mayor plenitud, a partir de la próxima primavera, y nos acompañaría hasta bien entrado 2024. Cimentaría la idea de una abultada producción de soja y maíz en Sudamérica y Estados Unidos.
A comienzos del último mes comentábamos que John Baranick, el meteorólogo de la consultora estadounidense DTN, anticipaba que en la segunda mitad de mayo llegarían las lluvias que estaban esperando los productores para intentar con el trigo. No se equivocó, al menos para muchas de las zonas que se hallaban complicadas.
¿Cómo sigue? El Niño ya no se discute en ningún lado. El asunto es entrever qué tan fuerte se volverá el evento climático y qué tan rápido lo hará. Según explica ahora este especialista, las temperaturas de la superficie del mar en el Océano Pacífico tropical están por encima de lo normal y en la cúspide de la clasificación de El Niño en la región 3.4, la zona estándar para analizar este fenómeno. Estas temperaturas han seguido subiendo más rápido de lo habitual.
Aunque formalmente se estira la coronación de El Niño en base al cumplimiento de ciertos requisitos, eso no significa que la atmósfera esperará para responder. A medida que el Pacífico tiende hacia El Niño, continuará ajustándose.
Los modelos globales han estado proyectando este evento con diferentes grados de intensidad, aunque ninguno lo visualiza tímido precisamente. El modelo del Sistema Estadounidense de Pronóstico del Clima, administrado por la NOAA, ha sido tan audaz como para predecir un «Súper Niño» para la primavera del hemisferio sur. Generalmente se refiere a una temperatura anormalmente elevada.
El modelo de la Oficina Australiana de Meteorología (BoM) también predice un Súper Niño este año. Otros pronósticos no son tan audaces, pero aún sugieren un Niño de moderado a fuerte. Da la casualidad de que tanto el CPC como el BoM son la autoridad máxima en lo que respecta a la clasificación de este asunto, y ambos tienen pronósticos muy sólidos para el evento de este año.
La historia marca solo un puñado de Súper Niños en tiempos recientes: 1982/83, 1997/98 y un tercero en 2015/16. ¿Sirve para intentar una mirada respecto de cómo puede ser lo que estamos a punto de enfrentar? De hecho no hay dos Niños iguales. Por caso, la trayectoria que tomaron las temperaturas del Océano Pacífico fue diferente en 2015 que lo visto a principios de este año, en tanto que el año previo, 2014, no tuvo la impronta de La Niña como el que acabamos de vivir, por lo que es difícil la comparación.
El Niño, más aún si es fuerte, puede tener impactos climáticos complicados en todo el mundo. Aunque su presencia pueda ser positiva en el centro de los EE. UU., otras áreas del mundo pueden sufrir calor extremo e inundaciones. En la Argentina, El Niño derrama lluvias abundantes típicamente sobre la mitad este del país, incluso más precisamente sobre la mitad este de la Región Pampeana, el Litoral y el NEA.
Un trabajo de la FAO coincide en que las precipitaciones más abundantes para las zonas indicadas se darían entre septiembre y enero, con lo cual el impacto sobre la gruesa, en principio positivo, será importante. Los especialistas insisten en minimizar el efecto sobre los rendimientos del trigo, más allá de que será una bendición después de lo que pasamos estos últimos años. Pero recuerdan asimismo que viene atado a la soja de segunda, uno de los cultivos especialmente potenciados por el evento climático.
El punto es que puede haber riesgo de excesos de agua, en especial en lotes bajos. Quizás sea un tema que debe tenerse en cuenta en la planificación para soja y maíz a la hora de hacer los cálculos y el reparto de lotes para la temporada 2023/24. El impacto directo de este Niño intenso acabaría durante el primer semestre de 2024, pero su impronta puede prevalecer unos cuantos meses más.
No hay dudas de que además dejará su marca en el mercado, ya que como contracara de lo indicado para nuestro país producirá secas intensas en Australia, el sudeste asiático y América central. En estas zonas pondrá en riesgo producciones de trigo, cebada y canola, así como al hiperinfluyente aceite de palma. Respecto de Europa y el Mar Negro el pronóstico es más difuso.
Después de tres campañas controladas por La Niña, todo el mundo mira hacia Estados Unidos y los vaivenes de la gruesa de cara a una siembra que ha sido por demás exitosa este año. Chicago, el mercado rector a nivel global, se encuentra en este país. El Niño sugiere un patrón climático variable en gran parte del territorio de las barras y las estrellas. Sin dudas habrá áreas ganadoras y perdedoras, donde las tormentas eléctricas serán más persistentes o se perderán con más frecuencia, pero la idea general es que la mayoría de las zonas terminen con volúmenes de lluvia casi normales.
El mes de junio parece ajustarse a este patrón general en el que hemos estado durante las últimas dos semanas (llanuras centrales más húmedas, Medio Oeste más seco), aunque no al extremo de la semana pasada y esta semana. El trigo duro estaría en camino de continuar con lluvias más generalizadas, aunque será tarde para muchos lotes.
En otras palabras, si bien tendremos un tramo de clima más difícil en el corazón productivo de Estados Unidos, se espera un ambiente más amigable para la polinización del maíz y el llenado de granos de la soja. De todas maneras nada hay ciento por ciento seguro en este juego, y todos los pronósticos se tornan más frágiles más allá de las dos semanas del momento en que han sido formulados.
Brasil genera algunas dudas, El Niño suele favorecer al sur del país, en tanto la seca puede instalarse en el noreste. En cuanto a Mato Grosso, la locomotora verdeamarilla, la llegada de este fenómeno climático no debería perjudicarlo, incluso podrían esperarse lluvias mucho más regulares.
Por ahora entonces se mantiene la idea de una buena cosecha estadounidense siguiendo a la megaproducción de Brasil y con chances de que Sudamérica abroche altos volúmenes el próximo verano, incluso con otro récord del socio de mayor peso en el Mercosur. No es neutro para los precios, pero un viejo axioma dice que los granos no se cuentan hasta estar en los silos. Manténgase atento.
Fuente: Agritotal.