Las principales cadenas agrícolas del país, que agrupan a la soja, el maíz-sorgo, el trigo y el girasol, pidieron al próximo gobierno que llevará adelante Javier Milei “señales claras” sobre el rumbo que tendrá su gestión tras “el descalabro actual”. También un plan de reducción de las retenciones y remover las trabas que afectan a la actividad en materia de exportaciones.
Fue en un tradicional cóctel de fin de año de las cadenas realizado en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que contó con la nutrida participación de diversas personalidades del sector. Allí en el estrado estuvieron Rodolfo Rossi, presidente de la Asociación Argentina de la Cadena de la Soja (Acsoja); Carlos Morgan, tesorero de la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (Maizar); Juan Martin Salas Oyarzun, presidente de la Asociación Argentina de Girasol (Asagir); y Martín Biscaisaque, presidente de la Asociación Argentina de Trigo (Argentrigo). El discurso de las cadenas lo pronunció Salas Oyarzun. Entre el público estuvo Fernando Vilella, el hombre que podría pasar a manear el área de Agricultura con Javier Milei.
“En primer lugar, necesitamos señales claras sobre el rumbo económico de la nueva administración. Entendemos que, ante el descalabro económico actual, transitaremos tiempos difíciles hasta que el gobierno logre estabilizar variables macroeconómicas y alcanzar nuevos equilibrios. Todos los sacrificios que enfrentaremos tendrán sentido si vamos hacia el nuevo rumbo que han elegido la mayoría de los argentinos en las urnas recientemente. Necesitamos una clase política y dirigencia social y empresarial a la altura del desafío de cambio ante el cual nos encontramos”, indicó el presidente de Asagir en el mensaje de las cadenas.
Para estas organizaciones, se requiere una “simplificación y modernización tributaria, regulatoria, legal y laboral de la actividad económica”. Al respecto, indicó: “Entendemos que esto beneficiará a toda la sociedad, pero en especial a las pequeñas y medianas empresas, que son el corazón de nuestra actividad”.
En este marco, las cadenas agrícolas se refirieron a las retenciones, un tema sobre el cual vienen reclamando su eliminación. “No podemos olvidarnos del impuesto a las exportaciones cuya aplicación ha logrado disminuir los ingresos de nuestras empresas, las inversiones, el empleo y desarrollo de nuestras comunidades, en definitiva, nos ha hecho menos competitivos. Veintiún años después de su reimplantación seguimos sin conocer ningún destino tangible útil para tanto dinero recaudado. Necesitamos un plan concreto de eliminación de ese impuesto”, remarcó Salas Oyarzun..
Respecto de los derechos de exportación, vale recordar que, contra los US$9773 millones que aportaron el año pasado, ahora por la última sequía, que derrumbó en más de 50 millones de toneladas la producción, dejarían unos US$4120 millones.
En rigor, las cadenas agrícolas se refirieron también a lo que fue este año tanto para el país como para el sector en particular. “En nuestra Argentina donde al menos el 40% de los ciudadanos vive por debajo de la línea de pobreza, estamos transitando los efectos finales de una durísima campaña agrícola 22-23, cuyos efectos negativos han impactado en la totalidad de la cadena agrobioindustrial”, dijo.
Añadió: “El año 2023, marcado por la disminución dramática de la producción y la transformación de granos, la inflación creciente, las tasas de interés elevándose vertiginosamente, las dificultades para vender productos y conseguir insumos, las distorsiones ocasionadas por las intervenciones estatales en los precios de la economía y la incertidumbre política y económica, hemos tenido que volver a apostar por la producción y lo hemos hecho. Aun a pesar de estas contingencias seguimos siendo con mucha distancia, el sector de la economía que más divisas netas aporta al país”.
En este contexto, entre otros puntos Asagir, Argentrigo, Acsoja y Maizar reclamaron: “Debemos abandonar definitivamente todo sistema de cuotas, trabas y permisos para exportar nuestros productos. Ojalá hayamos entendido que exportar bienes y servicios no es otra cosa que lograr que consumidores del resto del mundo, remuneren el trabajo y el capital argentinos. Tan simple y tan difícil de lograr como eso. En este sentido, un caso paradigmático es el de los biocombustibles, donde ciertas regulaciones y cuotas no permiten desplegar el potencial transformador de este sector, tanto en el ámbito local como en el internacional”.
Fuente: Ls Nación Campo.