“La Argentina transformó la era de los alimentos en la de los derechos de exportación (DEX), afectando negativamente a los productores y dejando al país rezagado frente al resto”. Esta advertencia realizó el economista jefe de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Ezequiel De Freijo, en una jornada ganadera en la Exposición Rural de Palermo. Según el especialista, los gobiernos en la Argentina fueron los que más discriminaron a los productores agropecuarios, durante el período comprendido entre 2002 y 2024.
Explicó que, a lo largo de esos 22 años, los precios internacionales de los productos agrícolas superaron el promedio en 17 ocasiones, pero que el país no supo capitalizar la oportunidad. En cambio, impuso retenciones que castigaron a los productores mientras otras naciones sacaron provecho. Durante la jornada ganadera “El campo es mucho más que campo”, organizada por la Comisión de Carnes y los consejeros de la SRA, el economista indicó que, en total, el Estado argentino le quitó en ese periodo al sector productivo 190.000 millones de dólares.
“El mundo aprovechó esta era de los alimentos para crecer productivamente. Sin embargo, Argentina pareciera haber hecho su propia versión porque fue el país que más discriminó a sus productores agropecuarios”, expresó. Según detalló, el apoyo estimado entre 2000 y 2022 en porcentaje de los ingresos para el productor fue negativo en -26%, mientras que en otros países, con excepción de India, estos valores fueron positivos: Unión Europea, con 22%; Turquía, 21%; México, con 14%; Indonesia, 14%; Canadá, 13%; Brasil, 5%, entre otros.
En lugar de apoyar a los productores se los castigó con el cobro de derechos de exportación. “Con las retenciones lo que hizo la Argentina fue postergar o limitar esa posibilidad en la era de los alimentos de poder despegar todo su potencial”, agregó.
También señaló que el cobro de estos derechos se utilizó para aumentar el gasto público. La Argentina aumentó su gasto público hasta más del 40% mientras cayó 21% la inversión. En tanto, en Brasil la inversión aumentó 23%, en México 24%, en Canadá 29%, en Perú 30%, en Uruguay 41% y en la UE 38%.
Apelando a la coyuntura deportiva global con los Juegos Olímpicos de París 2024, en la Exposición Rural se hizo un paralelismo con las “Olimpíadas del Campo” en la era de los alimentos. De Freijo, con cuadros y situaciones comparativas, planteó el desafío de volver a ser parte del podio olímpico en la próxima cita de Los Ángeles 2028.
“En la era de los alimentos Brasil fue el ganador y, además, hay un grupo de países que aprovecharon este tiempo para mejorar su productividad y ganar participación en el mercado global”, dijo. La Argentina había llegado muy bien a los Juegos de Sidney 2000, obteniendo la medalla de bronce gracias a las inversiones y transformaciones de fin de siglo.
Para evaluar la evolución y comportamiento de los países, De Freijo tomó en las Olimpiadas de Sidney los 10 países/bloques más relevantes en el comercio mundial para 24 productos que representan el 40% del comercio. Estos son la UE, Estados Unidos, China, Canadá, India, Indonesia, Tailandia, Australia, Brasil y la Argentina. Además destacó a otros 10 países “estrellas” que fueron los que más crecieron en participación: Turquía, Rusia, Ucrania, Malasia, Vietnam, México, Ecuador, Perú, Paraguay y Uruguay. Estos últimos prácticamente duplicaron su participación en el comercio global de alimentos del 7% a un 12% entre 2002 y 2022.
Mientras tanto la Argentina mantuvo su participación en un 3%, quedando muy por detrás de Brasil, que subió de un 4% a un 7%. “Lo interesante es que Brasil y los países estrellas ganaron mucho en participación en todo este período mientras que la Argentina estuvo estancada”, afirmó De Freijo.
En cuanto a la situación específica de los productos agropecuarios, De Freijo señaló que, en maíz, Brasil creció 15 veces en los últimos 20 años mientras que la Argentina lo hizo 3,7 veces. En soja Brasil se expandió 3,4 veces mientras que la Argentina solo 1,3 veces. Además, Paraguay en maíz creció 86 veces y Rusia 119.895 veces antes de la guerra. “Esto es lo que ocurre cuando hay buenos precios internacionales que permiten la inversión y eso permite incorporar lo que se produce en los mercados internacionales”, explicó.
Pilar Vazquez
Fuente: La Nación Campo.