El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) sorprendió ayer a los operadores al recortar sus estimaciones sobre los volúmenes de las cosechas de maíz y de soja estadounidenses en su informe mensual de oferta y demanda de granos en el nivel mundial. Esa divergencia con operadores que en su mayoría pronosticaban incluso leves aumentos en la revisión definitiva de lo recolectado entre septiembre y noviembre de 2022 provocó subas del 2,3% para el valor del cereal y del 1,7% para la oleaginosa en la Bolsa de Chicago.
Para el caso del maíz, el USDA redujo en un 2,1% la superficie que efectivamente logró ser cosechada en Estados Unidos y acortó de 353,84 a 348,75 millones de toneladas su cálculo sobre el volumen de la producción, contra los 353,91 millones estimados por los privados. Y para evitar un impacto directo de la menor cosecha en las existencias finales el organismo achicó los volúmenes respectivos al uso forrajero y a las exportaciones, esto último, de 52,71 a 48,90 millones de toneladas. De ese modo, el stock para el cierre de la campaña 2022/2023 fue proyectado en 31,54 millones de toneladas, por debajo de los 31,93 millones del reporte de diciembre y de los 33,38 millones pronosticados por los operadores.
Por todo lo citado, las pizarras de la Bolsa de Chicago reflejaron subas de US$5,90 y de 5,61 sobre los contratos marzo y mayo de maíz, cuyos ajustes fueron de 264,16 y de 263,57 dólares por tonelada.
Sudamérica también hizo su aporte a la suba de los precios del maíz, dado que el USDA redujo de 126 a 125 millones de toneladas su previsión sobre la cosecha de Brasil, aunque mantuvo en 47 millones el cálculo de las exportaciones, y de 55 a 52 millones de toneladas la proyección sobre la producción del grano grueso en la Argentina, país para el que ajustó la expectativa de ventas externas de 41 a 38 millones de toneladas.
Cabe señalar que en Brasil, también ayer, la Compañía Nacional de Abastecimiento, dependiente de Ministerio de Desarrollo Agrario brasileño, ajustó de 125,83 a 125,06 millones de toneladas su cálculo sobre la producción total de maíz por el recorte sobre la perspectiva de la primera cosecha –la campaña se divide en tres etapas–, de 27,23 a 26,46 millones de toneladas, como consecuencia de la falta de humedad en Rio Grande do Sul, el principal Estado proveedor del grano temprano.
En cuanto a la Argentina, los 52 millones de toneladas proyectados por el USDA fueron calificados como “optimistas” por el mercado en función del mal estado de los cultivos, que vienen padeciendo déficit hídrico desde el arranque de la campaña. Tanto es así que ayer la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) dijo que de los 50 millones de toneladas que pudieron haberse logrado en un contexto normal para el desarrollo de las plantas ahora la expectativa se ubica en torno de los 45 millones de toneladas, tras las pérdidas inexorables en los planteos tempranos.
Rindes al descenso
La razón dada por el USDA para la corrección de 118,27 a 116,38 millones de toneladas del volumen de la cosecha estadounidense de soja fue la caída de los rindes, de 33,76 a 33,29 quintales por hectárea. En los días previos a la publicación del informe oficial los privados habían augurado el número final de la producción 2022/2023 en 118,72 millones de toneladas. Al igual que en el caso del maíz, para evitar un impacto directo de la menor oferta doméstica sobre las existencias finales el organismo recortó la expectativa de exportaciones, de 55,66 a 54,16 millones de toneladas. Y el stock para el cierre del ciclo comercial fue proyectado en 5,72 millones de toneladas, abajo de los 5,99 millones del trabajo del mes pasado y casi un 11% detrás de los 6,42 millones calculados por los operadores.
Al cierre de los negocios, las pizarras de Chicago mostraron subas de US$9,37 y de 8,36 sobre las posiciones marzo y mayo de la soja, cuyos ajustes resultaron de 557,96 y de 558,23 dólares por tonelada.
Una de las razones por las que el aumento de precios no fue mayor en la plaza estadounidense fue el ajuste muy conservador hecho por el USDA sobre el volumen de la producción de soja en la Argentina, que fue de 49,50 a 45,50 millones de toneladas. Ese dato, en el contexto de la grave sequía que afecta buena parte de las regiones agrícolas argentinas, contrastó con los 37 millones de toneladas estimados ayer por la BCR en su informe mensual. El mercado considera que el organismo irá sincerando sus números más cerca del inicio de la recolección.
Respecto de Brasil, el USDA elevó de 152 a 153 millones de toneladas su previsión sobre el volumen de la cosecha de soja –ya comenzó en Mato Grosso– y de 89,50 a 91 millones el cálculo sobre el saldo exportable. Por su parte, la Conab redujo de 153,48 a 152,71 millones de toneladas su expectativa sobre la producción y de 96,59 a 93,91 millones la valoración de las ventas externas.
En su reporte el USDA estimó las importaciones chinas de soja en 96 millones de toneladas, por debajo de los 98 millones previstos el mes pasado. Esta sería una de las consecuencias del impacto del Covid, que no logra ser controlado por las autoridades sanitarias de ese país, sobre la dinámica comercial de China.
Mercado local
En el mercado doméstico de granos lo mejor pasó por el maíz, con propuestas de los exportadores que crecieron de 240 a 250 dólares por tonelada para las entregas sobre las terminales del Gran Rosario. No hubo cambios para los puertos de Bahía Blanca y de Necochea, donde los compradores volvieron a ofrecer 260 y 250 dólares por tonelada, respectivamente.
Las pizarras del Matba Rofex reflejaron subas de US$5 y de 3,50 sobre los contratos enero y abril, cuyos ajustes fueron de 260 y de 263 dólares por tonelada.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) redujo ayer de 7,30 a 7,10 millones de hectáreas su estimación sobre el área que será cubierta con maíz en la actual campaña y relevó el progreso de la siembra sobre el 83% de dicha superficie. Además, la entidad ponderó un 53% de los cultivos en estado excelente/normal, contra el 68% de la semana pasada y el 64% vigente un año atrás. Según el reporte, la porción de suelos en condición hídrica óptima/adecuada cayó del 61 al 40%, frente al 47% de igual momento de 2022.
En el mercado local de la soja las subas externas no lograron modificar la calma que impera desde el cierre de la segunda edición del dólar soja. Las propuestas de las fábricas por la tonelada con entrega inmediata sobre el Gran Rosario crecieron de 73.000 a 74.000 pesos por tonelada, un valor que quedó lejos de los 90.000 pesos que demandaron los vendedores. En ese contexto el movimiento volvió a limitarse a fijaciones, aunque por volúmenes muy reducidos.
En el Matba Rofex los contratos enero y marzo de la soja subieron US$2,50 y 5, al terminar la jornada con ajustes de 498,50 y de 425 dólares por tonelada. La posición mayo, que marca la entrada formal de la nueva cosecha, aumentó US$3,70 y cerró con un valor de 410,50 dólares.
Acerca de los cultivos, la BCBA recortó ayer de 16,70 a 16,20 millones de hectáreas su estimación sobre la superficie que será cubierta con soja y relevó el avance de la siembra sobre el 88,1% de dicha área, atrasada frente al 97,5% de igual momento de 2022. La entidad ponderó un 44% de las plantas en estado excelente/normal, por debajo del 63% de la semana pasada y del 71% vigente un año atrás.
Por Dante Rofi
Fuente: La Nación Campo