Esta demanda es esencial para la seguridad alimentaria mundial y representa una parte significativa del excedente exportable de soja a nivel internacional.
En su declaración, estas entidades reconocen la creciente presión sobre la producción para cumplir con los estándares de seguridad alimentaria y, al mismo tiempo, cuidar el medio ambiente y la salud humana. Hacen referencia a la reciente evaluación de riesgos y peligros realizada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) sobre el glifosato, una sustancia activa ampliamente utilizada en la agricultura.
Según las evaluaciones de EFSA y ECHA, el glifosato se considera eficaz para los usos propuestos y no presenta preocupaciones críticas relacionadas con la salud humana o el medio ambiente. Concluyen que el glifosato no es cancerígeno, mutagénico, genotóxico, tóxico para la reproducción, neurotóxico ni disruptor endocrino. Además, no se esperan riesgos dietéticos inaceptables ni se identificaron áreas críticas para la toxicología y ecotoxicología de los mamíferos.
Las entidades sostienen que el glifosato es una herramienta crucial en los sistemas de agricultura regenerativa utilizados en sus países. Esta sustancia les permite seguir prácticas agrícolas sostenibles, promoviendo la biodiversidad y reduciendo la huella de carbono. Subrayan que el glifosato es un herbicida aprobado por organismos de salud en más de 140 países y cumple con los límites máximos de residuos establecidos por el CODEX y otras regulaciones.
Finalmente, estas entidades instan a la Unión Europea a renovar la autorización del uso de glifosato en base a evidencia científica sólida y de acuerdo con las normativas europeas y compromisos internacionales de la UE y sus Estados miembros.
Este comunicado conjunto refleja la importancia del glifosato en la producción de alimentos y destaca su papel en la agricultura sostenible de estos países sudamericanos.
Fuente: Agritotal.