Las pérdidas por la chicharrita en maíz siguen creciendo a medida que transcurre la cosecha del cereal en todo el país.
Ahora, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) recalculó su estimación en la producción del maíz a 50,5 millones de toneladas, 6,5 millones de toneladas menos que hace un mes, con un avance de cosecha del 22% de las 7 millones de hectáreas implantadas. En esta línea, la semana pasada la Bolsa de Cereales de Buenos Aires ya había bajado su proyección en el cereal a 52 millones de toneladas.
Esta merma en la cosecha maicera pone en alerta al Gobierno porque el cultivo es uno de los principales generadores de divisas. De acuerdo a los datos del Indec, en 2023 el maíz lideró el ranking de las exportaciones en volumen, con 23, 9 millones de toneladas. Y quedó en segundo lugar en ingresos, con US$ 6.200 millones.
Ahora, teniendo en cuenta los valores actuales del maíz, de US$ 180 a US$ 190 por tonelada, dejan de ingresar al país unos US$ 1.200 millones por la chicharrita.
«Hace un mes atrás se alertaba de la enfermedad, pero el alto nivel poblacional del vector, la chicharrita, es inédito incluso en las provincias en donde esta plaga lleva años instalada. El nivel de evolución que se observa semana a semana en los cultivos desconcierta», graficó la entidad rosarina.
La chicharrita es un insecto que transmite de manera persistente y propagativa la bacteria Spiroplasma kunkelii, causante de una enfermedad que ha mostrado una incidencia recurrente en el norte del país; sin embargo, durante las últimas semanas la situación comenzó a complejizarse en toda la superficie agrícola.
Esta plaga provoca graves pérdidas en los rendimientos, generando graves consecuencias económicas y productivas. Su presencia se manifiesta en la rápida degradación de los cultivos, con una marcada disminución en su crecimiento y rendimiento.
«El fenómeno sigue expandiéndose y evolucionando, exhibiendo fuertes síntomas en áreas lejanas de las zonas endémicas; tal el caso del centro del país. Esta enfermedad puesto a la producción de maíz en jaque, ya que Argentina pasó a sembrar en forma tardía el 65% del área total cultivada debido a los problemas de falta de agua», explicó la Bolsa rosarina.
En este sentido, Chaco es la provincia más afectada. Hasta hace un mes se esperaban buenos resultados, pero más allá de los reiterados controles (hasta cinco aplicaciones) y la puesta en práctica de todos los protocolos habituales que se realizan para minimizar el impacto de la plaga, que suele estar en el orden del 5% de daño como mucho, en este año el daño se disparó. «Hay localidades puntuales, como Gancedo, dónde se está dando por perdida entre el 50 al 70% del área sembrada», especificó la BCR.
Ante este contexto adverso, desde el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) agilizaron los tiempos de aprobación de los insecticidas para combatir la plaga. Se realizará sobre los trámites de dos insecticidas cuyas solicitudes fueron presentadas y se recomiendan para el control del insecto vector de spiroplasma.
A su vez, sobre la base de insecticidas ya autorizados para su uso en maíz y con antecedentes de aprobación para el control de chicharrita en otros países, el Senasa elaborará un listado de productos fitosanitarios con el fin que estén disponibles de manera inmediata. Además, se está conformando una mesa de trabajo para el manejo integral de la misma.
Fuente: Clarin Rural.