
La Red Nacional de Trampas de Monitoreo de Dalbulus maidis publicó un nuevo informe basado en los datos registrados en trampas amarillas entre el 24 de enero y el 7 de febrero de este año. El estudio revela un incremento en la densidad de esta plaga en diversas regiones del país, con variaciones significativas según la zona analizada.
Resultados del informe
En la región del NOA, la densidad de Dalbulus maidis aumentó un 24 %, con valores que oscilan entre 5 y 20 adultos por trampa. Mientras tanto, en el NEA, el incremento se registró especialmente en localidades con una densidad de 1 a 4 adultos. Sin embargo, se observa una concentración mayor en Santiago del Estero, Chaco y Santa Fe, donde la densidad alcanzó un 47 %. En esta última provincia, además, se identificaron focos aislados con incidencias de 21 a 50 adultos por trampa.
En el Litoral, el informe señala un aumento generalizado de detecciones, con incrementos destacados en Corrientes y Entre Ríos. Mientras que en el Centro-Norte, el 60 % de las localidades analizadas no registraron capturas, aunque se identificaron focos en el noroeste de Córdoba y el norte de Santa Fe.
Por su parte, el Centro-Sur mantiene una situación estable, con el 93 % de las localidades sin detecciones. No obstante, se reportaron primeras capturas en el centro de Santa Fe, el noreste de Córdoba y el norte de Buenos Aires.
Importancia del monitoreo y estrategias de prevención
El informe subraya que la coexistencia de maíces tempranos, muchos de los cuales ya han sido cosechados, y maíces tardíos en etapas avanzadas del ciclo vegetativo resalta la importancia de considerar la migración de los adultos de D. maidis hacia los cultivos más atrasados. Por esta razón, se recomienda intensificar el monitoreo y aplicar estrategias de prevención.
Para una mejor toma de decisiones en las zonas donde se ha implantado maíz, los especialistas sugieren combinar el uso de trampas cromáticas adhesivas con inspecciones directas sobre el cultivo, con el fin de detectar a tiempo la presencia de esta plaga y mitigar su impacto en la producción.