Aunque públicamente nadie en el Gobierno admite por el momento la aplicación de una nueva edición del dólar soja, incluso el secretario de Agricultura, José Bahillo atribuyó la posibilidad a “versiones y especulaciones” del mercado la semana pasada en diálogo con Infobae, lo cierto es que la expectativa está cada vez más instalada. Esa cuasi certeza de los operadores financieros y también agropecuarios se basa en el contexto de la pérdida de reservas netas por parte del Banco Central desde que se inició el año, a pesar de que ayer, por primera vez en el mes, la entidad logró cortar la racha de ruedas negativas y logró acumular al menos USD 3 millones. La cifra es simbólica tanto respecto de la caída acumulada como del stock que los analistas proyectan hacia fines de marzo, cuando según el acuerdo con el FMI, debería totalizar al menos USD 7.500 millones.
En ese marco, se da por descontado que en algún momento del año, más temprano que tarde, finalmente se anunciará el dólar soja 3. El timing no es un detalle menor ya que de la fecha de implementación dependerá la posible recaudación. De aplicarse en marzo, las proyecciones privadas indican que el Banco Central podría hacerse de unos USD 1.300 millones, aproximadamente la mitad de lo que acumuló en diciembre la versión anterior. La cifra coincide con las estimaciones oficiales que indican que aún restan unas 6 millones de toneladas de grano sin vender, de las cuales podría liquidarse poco más de la mitad, lo que supondría un ingreso de unos USD 2500 millones (que el BCRA no acumularía en su totalidad).
“La caída de reservas netas en lo que va del año supera los USD 2.400 millones y la meta de reservas netas de marzo queda cada vez más comprometida. El préstamo REPO que el Tesoro contrataría por alrededor de USD 1.000 millones ayudaría al balance del Banco Central. Adicionalmente podría implementarse una nueva versión del dólar soja, que podría aportar cerca de USD 1.300 millones netos”, apuntó en su informe semanal la consultora financiera Delphos, donde de todos modos advirtieron que en ausencia de “medidas creativas” de esas características, la Argentina se encamina a solicitar un nuevo “waiver” al FMI, eventualmente justificado por las escasas liquidaciones del complejo agroexportador en estos meses. “Esto no sería disruptivo, pero ratificaría que las metas de reservas netas resultan muy exigentes para la actual coyuntura, aún con la rebaja aceptada por el FMI el año pasado”.
En la última revisión de metas de 2022, el Fondo Monetario advirtió sobre los riesgos de la sequía y si bien sugirió un “endurecimiento” de las políticas fiscales y monetarias para adaptar las variables económicas al contexto, admitió un flexibilización de metas que llevó la USD 6.200 millones a USD 5.500 millones el objetivo de acumulación de divisas respecto de las reservas netas existentes en diciembre de 2021.
Pero aún con esa menor exigencia, la meta luce altamente improbable de alcanzar ya que implicaría que el BCRA acumule más de USD 4.000 millones en el próximo mes. “Dado que la sequía, de mínima, retrasó la cosecha gruesa más allá de abril, cabe esperar que la liquidación del agro en marzo sea muy similar a la de febrero (que se encuentra en mínimos históricos). Por lo tanto, de no aparecer algún shock sobre la oferta, nos encaminamos a un incumplimiento de proporciones de la meta de reservas establecida por el FMI”, coincidieron ayer desde PPI, donde prevén que al ritmo actual de pérdida de divisas, el stock de reservas netas podría hundirse a USD 4.341 millones a fin de febrero y a USD 3.219 millones a fines de marzo, lo cual implica -calculan- un desvío respecto de la meta de USD 4.622 millones.
“Esto dispararía indefectiblemente un waiver por parte del Fondo, que no sería el último del programa. Por lo tanto, es esperable que, ya no para alcanzar la meta lo que a esta altura luce improbable, sino para reducir el tamaño del desvío, el Gobierno anuncie el próximo fin de semana un nuevo dólar “soja” que le permita acumular, transitoriamente, reservas”, afirmó en su informe de perspectiva semanal.
Según las estimaciones de la consultora, los productores guardan entre 6 y 7 millones de toneladas de la campaña pasada, equivalentes a una cifra entre USD 3.400 y USD 4.000 millones. “La situación se ha deteriorado a tal punto que el BCRA ni siquiera comprando la totalidad de este remanente cumpliría la meta de reservas”, advirtió.
Fuente: Infobae campo.