En una campaña que se prevén mejores resultados, los productores retrasan las ventas de su cosecha ante la coyuntura climática y económica del país.
Según el análisis de la corredora Grassi, al 7 de febrero (últimos datos oficiales) los productores vendieron de 5,6 millones de las 52 millones de toneladas de soja que se espera (11%). Y solamente 700 mil toneladas tienen precio.
A misma fecha del ciclo previo, los chacareros habían vendido el 16% de la producción que ascendió a sólo 21 millones de toneladas por la fuerte sequía que impactó en el campo.
Yendo más atrás, siempre comparando al mismo período, en el ciclo 2021/22 se había vendido el 17%, en el 2020/21, el 23% y en el 2019/20, el 28%.
En el caso del maíz sucede lo mismo. Con una proyección de producción de 56,5 millones de toneladas, los productores comercializaron 10,8 millones de toneladas (19%). Y apenas 3 millones del total que se espera tiene precio.
El año pasado, a misma fecha, habían vendido el 22% de las 34 millones de toneladas que se cosecharon, también impactadas por la sequía. En la campaña 2021/22, los productores habían comercializado el 29%. En la 2020/21, el 32%; y en la 2019/20, el 35%.
Por qué los productores no venden su soja
Son varios los motivos que desincentivan a los productores desprenderse de la mercadería y almacenarla en sus campos.
«Lo que se esperaba que sea un ciclo más normalizado respecto del ritmo de comercialización -por mejor cosecha en términos de volumen y perspectivas de reglas del juego más claras- comienza a exhibir un retraso muy llamativo«, señaló Juan Manuel Uberti, analista de granos de la corredora Grassi.
Según explicó, los precios de los granos en el mercado disponible están afectados por un tipo de cambio preferencial para el sector exportador que se forma por un mix entre 80% del tipo de cambio oficial más un 20% de un tipo de cambio libre. Así, el “blend” resulta en torno a $ 900. En cambio, los contratos a plazo (conocido como forward) que se utilizan para cerrar negocios sobre la mercadería de la nueva cosecha se liquidan a dólar oficial mayorista, que hoy cotiza a $ 832. Existe la expectativa de que comience a tomarse el dólar exportador para los contratos forward.
«La incertidumbre respecto de la duración de este esquema o su modificación o eliminación representa el principal desincentivo a pactar ventas. Además, podría especularse con una nueva devaluación del tipo de cambio oficial, teniendo en cuenta el atraso en el tipo de cambio real por el avance de la inflación en estos meses», agregó.
Entre otros factores, Catalina Ferrari, analista de mercados de Planifica+, agregó que también se da por la caída de los precios futuros de la soja y del maíz. La soja mayo-24 llegó a cotizar US$ 275 cuando en noviembre promedió los US$ 340. «En el caso de soja, en el mercado interno, en lo que va transcurrido de febrero, se presentó una menor demanda producto de la caída en el precio del aceite», agregó.
En el maíz, sucedió lo mismo. La posición abril -24 cotiza en torno a US$ 175 cuando operó cercano a los US$ 200 en noviembre.
Otra de las razones fue la ola de calor, que generó incertidumbre sobre la posible caída en el rendimiento estimado cuando queda poco remanente de la campaña disponible.
Pese a las precipitaciones caídas entre el 7 y el 14 de febrero, que casi empataron a lo que se acumula en todo el mes en la región, el daño en la soja es irreversible. Las pérdidas se afirman entre el 20 y el 30 por ciento del potencial de rinde de la oleaginosa sembrada en primera fecha en la zona núcleo, según relevó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Fuente: Clarín Rural.