El presidente electo Javier Milei señaló que para bajar las retenciones del campo primero habrá que reabrir el mercado de cambios y, a su vez, es necesario arreglar el “balance” del Banco Central [BCRA]. Desde el sector agropecuario respondieron que lo importante de ahora en adelante es “la certeza de la política a seguir” y un tipo de cambio unificado.
En una entrevista con Radio Continental, Milei explicó que si se corta con la emisión monetaria se corta el proceso inflacionario y tarda entre 18 y 24 meses “destruirla” y llevarla a los niveles más bajos internacionales.
Además, sostuvo que antes de arreglar el problema del cepo, primero hay que arreglar el problema de las Leliqs. “Si tenés el problema de las Leliqs y abrís el cepo te vas a una hiperinflación. Primero hay que resolver el problema de las Leliqs, nosotros tenemos un claro plan para hacerlo. Estamos confiados en que podemos hacerlo”, añadió.
En medio de la campaña electoral, en La Libertad Avanza [LLA] prometieron que las retenciones a la soja, el maíz y el trigo, se terminarían en el período presidencial del libertario. Consultado por este tema, a pocas horas de ser electo presidente, Milei indicó que, en efecto, está dentro del programa avanzar hacia un “proceso de eliminación”, pero aclaró que para eso “es fundamental volver a abrir el mercado de cambios”.
“Para abrir el mercado de cambios, solamente se puede hacer arreglando el problema del balance del Banco Central en términos de las Leliqs”, advirtió.
Ernesto Ambrosetti, economista y experto en agronegocios, agregó que en el nuevo escenario la eliminación de los derechos de exportación es una realidad, pero aclaró que los primeros pasos serán caminar hacia la unificación del dólar, una apertura de la economía inteligente, recomponer las reservas del BCRA, reducir la inflación y aspirar a reducir el déficit fiscal y comercial. “En este proceso, que lleva un tiempo, se reducirá la presión fiscal para impulsar la inversión. En este rumbo, la eliminación de las retenciones es primordial. Lo importante es la certeza de la política a seguir para poder tener visión de largo plazo”, afirmó.
Además, especificó que la reducción y eliminación de estos “impuestos distorsivos” que tiene el sector agropecuario “es una realidad”.
“Tendremos que tener paciencia”, puntualizó y sostuvo que el proceso “se conlleva con la reducción del Estado”. Si bien, todavía no quedó claro de qué forma se haría la baja o eliminación de las alícuotas, Ambrosetti destacó que dependiendo de los productos, esta podría ser gradual o total.
Durante la entrevista, Milei sostuvo que hay un plan para determinar una moneda de referencia, que esta puede ser el dólar, pero aclaró que puede ser otra moneda. “Se usa una de benchmarking: si estás en el sector petrolero, probablemente tus contratos los hagas en WTI, si estás en el agro, lo más probable es que se haga en términos del precio de la soja en Chicago. Si estás en el sector de la carne, probablemente, tus transacciones las hagas con tu contraparte y las hagas en términos del precio de la carne, lo cual implica un mejor manejo de los riesgos dentro de las compañías”, ejemplificó.
Diego Cifarelli, presidente de la Federación de la Industria Molinera Argentina [FAIM], sostuvo que “los sectores de la agroindustria necesitan un tipo de cambio unificado, el de referencia que sea, pero unificado, y la quita del peso del Estado para poder crecer”.
“No puede haber sectores con una mochila tan pesada que no les permita crecer, mirar al futuro, generar empleo, federalizar el país, las economías regionales, sectores industriales trabajando al 50% como por ejemplo la molinería, todo por la mochila. Esa mochila de la que hablo no solo son las malditas retenciones, sino un sinfín de impuestos [ejemplo: gastos de fobbing] que solo sirven para trasformar sectores que pueden funcionar como locomotoras en vagones estancos”, amplió.
Cifarelli agregó que desde el Consejo Agroindustrial Argentino [CAA] han trabajado en un sinfín de medidas dentro de un plan de acción. “No un plan de problemas, problemas con medidas de acción rápida que permiten al país despegar en poco tiempo. Certeza y previsibilidad como eje, agro e industria como motores”, añadió.
Mario Ravettino, presidente del Consorcio de Exportadores de Carne ABC, coincidió en que “lo fundamental es la unificación del mercado de cambios. “El gran problema a resolver es la disparidad cambiaria”, acotó.
Semanas atrás, Fernando Vilella, consultor para LLA en el área de Bioeonomía y director de Bioeconomía de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba), había mencionado que hay un “camino” en cuanto a la rebaja de los derechos de exportación para esos productos. “Van a desaparecer en el ejercicio del próximo período presidencial”, había dicho. En la actualidad, la soja tributa un 33% mientras el trigo y el maíz pagan una alícuota del 12%. El año pasado, entre soja, maíz, trigo, cebada, girasol y sorgo el Estado recaudó por derechos a la exportación la suma de 9773 millones de dólares. Este año, según una previsión que había realizado la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), ese número caerá a 3303 millones de dólares.
Según dijo luego, se irán adecuando “progresivamente los porcentajes para llegar a ese valor”, es decir la quita del tributo. Dijo que la propuesta presentada en el espacio está avalada y señaló que se va a hablar con el ministro de Economía que designe Milei. “El agro no va a ser el que pague el pato de la boda”, acotó.
Belkis Martínez
Fuente: La Nación Campo.