La soja completó ayer la sexta rueda bajista consecutiva en Chicago, al perder otro 2,5% de su valor y al retroceder el ajuste del contrato septiembre de 356,87 a 348,05 dólares por tonelada, el nivel nominal más bajo desde los 344,38 dólares del 27 de agosto de 2020.
La continuidad de la tónica negativa de la oleaginosa, que acumula un quebranto del 24,9% desde los 458,56 dólares vigentes el 27 de mayo último, tiene una relación directa con el muy buen estado de los cultivos estadounidenses, que ayer llevó al Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) a elevar de 120,70 a 124,90 millones de toneladas su cálculo sobre el volumen de la producción 2024/2025.
Ocurre que entre los operadores ya se comenzó a elucubrar con la chance de que ese volumen récord pueda ser incluso mayor. Y, en ese sentido, hoy el consultor estadounidense Michael Cordonnier estimó el rinde promedio de la soja en 35,98 quintales por hectárea, por encima de los 35,78 quintales proyectados por el USDA en su informe mensual. De modo que, si el estimador privado tuviera razón, con los 34,92 millones de hectáreas que el organismo calculó ayer se llegaría a una cosecha de 125,66 millones de toneladas.
Análisis como el anterior comenzarán a ser la lógica en los próximos días, cuando se inicie el tradicional tour de cultivos del ProFarmer, que entre el 19 y el 22 del actual visitará campos en los principales Estados productores de granos gruesos para aportar sus propias instantáneas sobre la condición de las plantas y para hacer cálculos sobre rindes y volúmenes de las cosechas de soja y de maíz.
Para el caso de la soja cabe tener en cuenta que agosto es el mes clave, donde las plantas expresan su potencial de rinde. Y hasta el momento las condiciones ambientales se mantuvieron muy próximas al ideal en el medio-oeste, con lluvias regulares que sostuvieron un óptimo balance hídrico y que ayudaron a los cultivos a sobrellevar las elevadas temperaturas del verano estadounidense.
Ayer, en su informe semanal sobre cultivos, el USDA relevó el 68% de la soja en estado bueno/excelente, sin cambios respecto del reporte anterior, pero arriba del 59% vigente un año atrás y del 67% previsto en promedio por los operadores. El jueves pasado el organismo indicó que aproximadamente el 5% del área cubierta con soja experimenta condiciones de sequía, un dato que se mantuvo muy lejos del 43% de igual momento de 2023.
El maíz, también en baja
Tras las leves subas de ayer, hoy el maíz también se plegó a la corriente bajista que lo tiene con sus precios en lo más bajo en casi cuatro años. Al cierre de la rueda en Chicago la posición septiembre retrocedió US$2,17 y quedó con un ajuste de 148,71 dólares por tonelada.
Como en el caso de la soja, el muy buen estado de los cultivos no les permite a los operadores dar por descartada la chance de que la nueva cosecha estadounidense, que debe comenzar en poco menos de un mes, resulte récord, más allá de que ayer el USDA, al elevar su previsión de 383,56 a 384,74 millones de toneladas en su informe mensual, la dejó debajo de la mayor marca histórica que se logró en la todavía vigente campaña 2023/2024, con 389,69 millones de toneladas.
En el caso del forrajero, Cordonnier proyectó hoy en 115,18 quintales por hectárea el rendimiento promedio del maíz en Estados Unidos, por encima de los 114,92 quintales previstos por el USDA. Con el mismo ejercicio hecho para la soja, si el estimador privado tuviera razón, y tomando los 33,47 millones de hectáreas que el organismo estadounidense estimó que llegarán a la cosecha, la producción se acercaría aun más a la marca récord, al ubicarse en 385,51 millones de toneladas.
Para bien o para mal, según de qué lado de las expectativas se esté, el maíz ya transitó buena parte del período que define su potencial de rinde, por lo que el margen para sumar quintales es acotado. Ayer el USDA ponderó el 67% de los cultivos en estado bueno/excelente, sin cambios respecto de la semana anterior, pero arriba del 59% de igual momento de 2023 y del 66% previsto por los privados.
Como comprobación de la buena relación entre clima y cultivos, el jueves pasado el USDA dijo que aproximadamente el 5% de la superficie cubierta con maíz experimenta algún nivel de sequía, lejos del 49% de igual momento del año anterior.
Otro hecho que viene afectando en modo bajista por igual a los precios de la soja y del maíz en Chicago es la liquidación de existencias de la campaña 2023/2024 que están haciendo los productores, luego de esperar en vano mejores precios para vender los granos que pudieron mantener como reserva de valor. Hoy, a menos de un mes de que la nueva cosecha gruesa comience a salir de los campos, no pueden seguir esperando, dado que necesitan hacer lugar en sus plantas de acopio para el aluvión de granos que se viene.
Dante Rofi
Fuente: La Nación Campo