Todo lo que sube, baja, especialmente los precios en mercados volátiles como el actual. Esa verdad de Perogrullo será este año particularmente perjudicial para la economía Argentina y una amenaza concreta durante el primer año del próximo gobierno.
Tras haber tocado máximos durante los últimos seis meses del año pasado e incluso tras haberse estabilizado en niveles muy superiores al de los años anteriores, los precios de los granos “hasta aquí llegaron”. Ahora, en el mercado esperan cierta estabilidad, con tendencia a la baja, la cual se acentuaría a partir del año próximo.
En ese sentido, aun cuando las entidades y expertos agropecuarios van confirmando el peor de los escenarios respecto al volumen de la cosecha, esa contracción no se vería compensada por mayores precios a pesar de que la oferta argentina tiene un peso determinante en la formación de los precios internacionales. En algún derivado, señalan especialistas, como harina de soja de la que el país es un gran proveedor difícil de sustituir, puede existir algún efecto “sostén” de precio, pero ese impacto está lejos de ser generalizado.
Por el contrario, distintas estimaciones indican que en 2023, el precio de la soja se ubicaría este año entre 9% y 13% debajo del valor del año pasado, lo que sigue siendo una cotización alta pero ya abajo de los USD 500 por tonelada. De ese modo, que queda lejos de compensar las pérdidas en ingreso de divisas y también de recaudación fiscal.
“Los precios de los granos en el segundo trimestre de 2023 se espera sean inferiores a los del mismo trimestre (-9% soja y -16% maíz)”, anticipó un informe sobre el sector agroindustrial elaborado por la consultora Equilibra, en el que se destacó que “a diferencia de la campaña 2021/22, no se espera que los precios internacionales de la soja compensen la caída esperada en la producción”.
En la misma línea, el banco norteamericano Citi también pronostica un recorte en los precios los granos para este año, con la tonelada de soja en un valor en torno a los USD 480, precio que en comparación con su pronóstico para 2024, sería la panacea para el futuro gobierno. Pero no: la entidad internacional prevé que el próximo año, el precio del principal cultivo de exportación de la Argentina se derrumbará hasta los USD 370 por tonelada. Sin duda, eso afectará el margen de maniobra tanto en términos cambiarios como fiscales, aun cuando se normalicen las condiciones climáticas y se compense por volumen el menor precio esperado.
Pero antes de todo eso, será el actual Gobierno el que deberá enfrentar la fuerte caída en el flujo de dólares para las reservas del Banco Central y también el menor ingreso de recursos fiscales en carácter de retenciones.
“En un escenario base deteriorado, que es el que se está confirmado, la cosecha sería de USD 32,5 millones de toneladas de soja, lo que implicaría una pérdida de recaudación de USD 2.400 millones”, sostuvo el economista especializado en el sector agropecuario del IERAL, Juan Manuel Garzón, quien de todos modos advirtió la posibilidad de que sea aún menor. “Si cae por debajo de ese volumen, también la pérdida de ingresos y de recaudación será mayor”.
Es lo que proyecta la consultora Equilibra. Según las estimación de la consultora fundada por Diego Bossio y Martín Rappetti, los escenarios posibles parten de una cosecha gruesa mínima de USD 26.000 millones, lo que representaría una caída superior al 50% respecto de la última cosecha, y se estira hasta un volumen máximo por debajo dejo de los USD 35.000 millones. “Nuestro escenario base es que rondará los USD 30.600 millones (-27% i.a.)”, indicó a la vez que proyectó el impacto en el nivel de actividad del sector. Todas esas variables hacen que las pérdidas fiscales sean mayores a las previstas originales y puedan superar los USD 3.000 millones.
“Además, producto de la sequía, se estima un descenso del PBI agropecuario -a precios constantes- de 9% para 2023″, anticipó la consultora. En el último avance del estimador mensual de la actividad económica (EMAE), el INDEC dio cuenta del impacto de la sequía durante el último mes de 2022: en diciembre, la actividad agropecuaria retrocedió 18% respecto al mismo mes del año anterior.
Fuente: Infobae campo.